El guisante es un tipo de legumbre que se puede comer cruda si están recién cogidos. Muchas personas los compran congelados o en lata para comerlos cocidos, pero si tienes la oportunidad de comprar guisantes frescos cogidos en el día son un verdadero regalo.
Los guisantes tienen muchísimas propiedades saludables, especialmente son muy buenos para mejorar la circulación sanguínea y para el funcionamiento del corazón. También tiene propiedades que ayudan a regular los niveles de azúcar en sangre y el “colesterol malo”.
Si se come crudo es una buena fuente de vitamina K, importante en la formación de los huesos. Así que son recomendados para aquellas personas que no toman lácteos. También son fuente de vitamina C, hierro, manganeso, cobre, vitamina B1 y, en menor medida, de fósforo, magnesio, zinc, B2, B3, B5, B6, folatos y vitamina A. Los guisantes también aportan algo de calcio principalmente si se comen crudos.
Los guisantes aportan antioxidantes, que son compuestos que protegen las células de los daños causados por los radicales libres y previenen así el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, de ciertos cánceres y de enfermedades relacionadas con el envejecimiento.
Las proteínas vegetales que aportan los guisantes son de gran calidad, similares a las de la soja. Asimismo son una buena fuente de fibras alimentarias.
El origen de los guisantes: Aunque hay diferentes teorías, se cree que los guisantes provienen de Asia central, se desarrolló su cultivo igualmente en el Próximo Oriente, Egipto y en Etiopía, donde se cultivaban hace casi 8.000 años, como ocurrió con el trigo y las lentejas. En Europa se conocen desde hace unos 7.000 años. Durante muchísimo tiempo, se cultivaba para secar el grano. El guisante verde se empezó a consumir alrededor del siglo XVI. Como es un alimento muy perecedero, no se empezó a cultivar a gran escala hasta que se desarrollaron las técnicas de conservación, a principios del s. XIX. Actualmente el guisante que se consume principalmente es el congelado que mantiene la mayor parte de sus propiedades nutritivas y gustativas.
El guisante crudo hay que comerlo recién cogido, ya que tras cortar las vainas empieza a producir almidones.
La cesta de la compra: Si no tienes la suerte de poder cultivar tus propios guisantes, tienes varias alternativas: un vecino un “huertero”, un mercadillo ecológico o un mercado tradicional. Los guisantes frescos con vaina son un producto caro. Además, un kilo de guisantes con vaina darán como resultado de 300 a 400 gr de granos. No olvides que la mejor alternativa son los guisantes congelados.
Cocinar guisantes: La forma más recomendada de cocinar los guisantes es al vapor y para que pierdan lo menos posible sus propiedades hay que cocinarlos poco tiempo.
Precaución: Como pasa con las fresas o las nueces, el guisante crudo también puede producir alergia bucal.
Referencias: