Revista Cine

‘el hombre de acero’: mesías de la posproducción

Publicado el 21 junio 2013 por Cintasperdidas @cintasperdidas

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Un guión que funciona a marchas forzadas es un mal camino para una (otra) revisión del clásico de Superman. A pesar de que el doblaje nunca ayuda a naturalizar los debates entre superhéroes, la exagerada musculación del protagonista para alardear de gimnasio no ayuda a que la argumentación tenga mayor trasfondo. Algo vacía en contenido, ha conseguido sin embargo un rescate de emergencia con el admirable abanico de actores conocidos y valorados, que suponen el acero de la producción junto a la música de Hans Zimmer y el respaldo de Christopher Nolan.

El presupuesto de 200 millones de dólares se ve totalmente invertido en una posproducción que significa casi la mitad del filme sin escenas reales, golpes muy bruscos sin sentido, enormes naves espaciales, saltos cual pulgas gigantes que destrozan todo lo que les rodea, ojos que queman y escenas que se acercan a un videojuego y que no convencen. La caracterización de Henry Cavill como Superman es el punto más logrado de la cinta, que encontró en el actor un parecido físico al mítico personaje. Sin embargo, Cavill parece no encontrarse del todo cómodo en un papel bastante alejado del esperado, un periodista con una vida oculta.

Superman

Del elenco poco se puede decir. Russell Crowe cumple un pequeño papel que sirve como guía, mientras que Amy Adams no encaja para nada con una Lois Lane sin esencia. Michael Shannon, con su cara de perfecto enemigo, cumple su rol de malo malísimo, pero roza la superficialidad de un malvado común sin ningún rasgo distintivo. La trama, que se enreda en cuestiones prescindibles, queda encasillada en las mil y una películas que narran las aventuras de superhéroes. Con todas las posibilidades para buscar y hacer algo original, los momentos supuestamente épicos no dejan de existir para culminar una obra inexplicable.

El director Zack Snyder (300) vuelve a los inicios de Superman, desde su nacimiento hasta que se revela como figura al servicio del bien social. Los constantes paralelismos con la historia de Jesucristo pretenden ser guiños sutiles pero entorpecen la fluidez del personaje; queda la reflexión… ¿Hollywood echa por tierra el origen del cristianismo? Ése es el planteamiento más interesante que puede surgir del visionado. Y, que conste, son más de 120 minutos. Se echan en falta los buenos resultados del equipo de la última trilogía nolanista de Batman; están pero no se sienten. El hombre de acero, que puede con todo y que salva a la Humanidad, decepciona con creces.

Estuvimos con los protagonistas en Madrid (fotos).

 


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