El palacio de la oscuridad
Esta tercera entrega de los casos de Valentina Negro y Javier Sanjuán se adentra en el mundo siempre oscuro de las películas snuff, y de la necesidad que tienen sus aficionados de nutrirse de jóvenes casi virginales para sus rodajes. Esas muchachas desaparecidas marcan el pistoletazo de salida aunque, como ya ocurriera en las dos entregas anteriores, haya otros casos que se solapen, algo que manejan siempre muy bien Vicente Garrido y Nieves Abarca.
Tras Crímenes exquisitos y Martyrium, estos dos expertos en misterios y criminología le ponen el colofón a otras inquietantes tramas que parecían no tener solución. He ahí una de las mayores virtudes de esta saga, la de mantener en vilo a sus lectores durante las tres novelas, sin dejar de sorprenderlos, y lo que es aún más importante, sin permitir tampoco que flaqueasen ni el interés ni la acción, añadiendo o restando intensidad según lo fuera requiriendo el momento, y tensando la cuerda del sufrimiento y el desasosiego en Valentina y Sanjuán para que pudieran llegar con algunas fuerzas a ese final.
Tiene esta novela todo lo que el género admira en otros títulos que nos llegan de fuera: conocimiento del mundo policial, voluntad de adentrarse en los caminos del mal, implicación brutal de los protagonistas en los casos, una presencia sexual más que considerable, y sobre todo el valor de presentar unas tramas a priori enredadísimas para luego, como mandan los cánones, proceder poco a poco por el camino de la resolución. La Negro y Sanjuán han viajado desde Coruña a Roma, Londres, Madrid, Valencia, sin dejar de recorrer uno solo de los laberintos propuestos por el mal hasta llegar a los palacios de la oscuridad. Eso les ha dejado huellas, les ha provocado heridas que el lector ha compartido, por eso quien se acerca a esta trilogía queda ya siempre conquistado por ella.
El hombre de la máscara de espejos. Vicente Garrido y Nieves Abarca.Ediciones B. Barcelona 2014. 541 págs. 21 euros.(LA VERDAD, "ABABOL", 6/6/2015)