Revista Música

El infierno está en madrid

Publicado el 01 octubre 2014 por Lou Rambler
No nos llevemos a engaño, si por casualidad hay algún idiota leyendo esto que no se haga ilusiones, pese a lo que reza el título de la entrada, no soy ningún adoctrinado nacionalista catalán de mente estrecha (y rellenada con caca) dispuesto a lanzar todo tipo de improperios contra la malvada, cateta y antidemocrática España y contra su prepotente y fascista capital Madrit, máxima representación del mal en este mundo; no, el motivo de este título nada tiene que ver con ese miope (pero lucrativo) nacionalismo periférico que nos asola con saña en estos tiempos de crisis... y sí todo que ver con esto: 

TEITANBLOOD –DEATH (2014)EL INFIERNO ESTÁ EN MADRID
Vayamos con los protagonistas: 

EL INFIERNO ESTÁ EN MADRID

Ellos son NSK y J, compañeros de banda y residentes en Madrid, llevan once años juntos y ambos se dedican a la música… perdón, mejor haríamos en decir que se dedican a martirizar los oídos de algunos incautos pariendo discos de death metal de inspiración infernal en una banda llamada Teitanblood. Pues bien, estos angelitos a quienes espero no tener la desgracia de llegar a conocer, son los responsables del artefacto más sucio, inaudible, agresivo y divertido que se haya parido este año y posiblemente en los años venideros. El maligno artefacto lleva por título “Death”, y en él, estos indeseables madrileños, se dedican, a lo largo de siete canciones cantadas (es un decir) en inglés estrambótico e ininteligible, a castigar al oyente practicando un blackened death metal que es puro terrorismo sonoro, un muro de suciedad sónica levantado a base de implacable e imparable monorriff, voces guturales de aliento sulfuroso, desquiciados solos de guitarras chirriantes y brutales ataques de omnipresente batería (acorde al nivel de intensidad de tamaña agresión) además de un incesante y tortuoso ruido de fondo. El disco se abre hiriendo con saña desde el primer segundo al desprevenido oyente (“Anteinferno”) y se cierra con nueve minutos de campanadas eclesiales y cantos gregorianos (“Silence Of The Great Martyrs”) –sí, estos tipos pasan de todo y parecen tocar sólo para ellos mismos- , entre medias, sencillamente, no dan tregua. Las agresiones en forma de canción se suceden con furia y sin pausa, a lo sumo, alguna esporádica y breve ralentización del ritmo, algún solitario riff o golpe de guitarra para tomar aire antes de la siguiente embestida... eso es a lo máximo a lo que puedes aspirar en lo que se refiere a momentos de respiro. Para cuando llegues al final, habrás ardido en las calderas del infierno y, satisfecho, quedarás reducido a ceniza... convertido en un mártir más de la causa del metal extremo. Alabado seas. 

Pues sí, de este pequeño trozo de mundo todavía llamado España, y de su capital Madrid, ha salido uno de los grandes discos metálicos del año… ¿normal que sea Lucifer quien lo ha inspirado? Es posible... pero bien por Lucifer si es así... 

Este pecado sonoro se llama “Cadaver Synod”, disfrútalo si te atreves.


*Nota: Si algún idiota quiere dejar un comentario, que lo haga en otro blog, gracias.

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