Revista Cultura y Ocio

El Jardín de los Suplicios. Octave Mirbeau.

Publicado el 19 enero 2010 por Alguien @algundia_alguna

Ambientada en la célebre época del caso Dreyfus, y considerada una de las mejores novelas del decadentismo francés, “El Jardín de los Suplicios” de Octave Mirbeau causó un tremendo escándalo tras su publicación por lo gráfico de sus alusiones y lo depravado de su argumento. La editorial Impedimenta la recupera ahora en una nueva traducción a cargo de Lluís Maria Todó.

El Jardín de los Suplicios. Octave Mirbeau.
El Jardín de los suplicios” fue publicada por primera vez por la editorial Charpentier-Fasquelle, en junio de 1899. La novela se convertirá en un succès de scandale, tanto por el retrato que en sus páginas se hace de los círculos de poder franceses, en los que la corrupción, el latrocinio, los arreglos secretos y los manejos turbios eran moneda de cambio, como por lo subido del tono de algunos de sus pasajes.

La novela, que cosechó un inmediato éxito en Francia tras su publicación, tuvo una traducción pronta al castellano. La última edición publicada en España data nada menos que de 1977, por la madrileña editorial Cupsa, con prólogo de un por entonces jovencísimo Luis Antonio de Villena.

La novela tiene como protagonistas a un narrador anónimo, un canalla de la peor especie, y a la bella y cruel Miss Clara, una inglesa depravada y aficionada a los placeres sádicos, medio niña, medio prostituta, libérrima en sus apetitos y contrapunto caricaturesco de la bienpensante e hipócrita sociedad europea, que en su seno, en realidad, cometía crímenes más horrendos que los descritos por Mirbeau en las prisiones chinas.

Se trata, por tanto, de una novela de iniciación (un descenso a los infiernos de los misterios del inconsciente) cuyo valor reside en su capacidad para convertirse en una vívida metáfora de la terrible condición humana sujeta a las leyes, al arbitrio de las empresas y a los delirios de los políticos corruptos.

Corría el año 1899. Francia vivía una conmoción sin precedentes. El país temblaba por el desenlace del célebre caso Dreyfus, que conmocionó al país por una trama de espionaje y antisemitismo que dejó al descubierto la profunda hipocresía en que se basaba el aparato institucional de la Tercera República francesa, en cuyo seno reinaban posiciones de nacionalismo intolerante que amenazaban con fracturar la sociedad civil.

En el centro de la polémica estaba la figura del capitán Alfred Dreyfus (1859-1935), un ingeniero politécnico de origen judío-alsaciano, acusado en 1894 de espiar para los alemanes. Juzgado por un tribunal militar, Dreyfus fue condenado a cadena perpetua por alta traición, y enviado a la Isla del Diablo, una de las más espeluznantes prisiones coloniales francesas. Poco después se comprobó que en realidad el verdadero espía era Ferdinand Esterhazy, comandante del ejército francés, pero, a pesar del escándalo que ocasionó este descubrimiento, el Estado Mayor no tomó medidas contra él y se limitó a cambiarlo de destino y enviarlo al Norte de África.

Es en este contexto de profunda zozobra social en el que Octave Mirbeau, “proletario literario”, autor incómodo, apasionado por la literatura de Dostoievski y Tolstói, quien le considera el mejor novelista de Francia, escribe “El Jardín de los Suplicios”.

Ficha del Libro: Editorial Impedimenta.
Texto francés del Jardin des supplices. (PDF)

Fuente: EFE.


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