Revista Cultura y Ocio

El lado femenino de Adela

Publicado el 28 noviembre 2015 por Revista Pluma Roja @R_PlumaRoja

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Adela Zamudio (1854-1928) fue una escritora boliviana conocida por su obra poética contestataria y arriesgada que hace de los temas sociales una lucha de paz. De este modo se puede considerar a Adela como una activista política y social, concepto que hoy nos encanta y que en su época, probablemente, era una aberración. Su activismo quizás fue su primera vocación: ella quería cambiar lo que le parecía incorrecto dentro de su sociedad y qué mejor que hacerlo a través de las palabras, sabiendo que el lenguaje crea realidades y modifica visiones de mundo.

Adela, en su romance con las letras, también escribió ensayos, cuentos y una novela titulada Íntimas, publicada en 1913. Esta novela ha sido vastamente ignorada en la sociedad boliviana, siendo editada por segunda vez sólo a fines del siglo XX. Esto no debe considerarse como una muestra de que el trabajo de Adela no fuese de gran calidad, sino simplemente es muestra del desdén de su propio pueblo hacia la autora.

Íntimas es considerada la primera novela feminista de la literatura boliviana, pues expone situaciones a las que las mujeres de la época eran sometidas o estaban condenadas a sufrir a causa de la estructura de la sociedad. Expone también el pensamiento masculino en torno a la vida y la relegación de la mujer a actividades domésticas y de “recreación” como coser y bordar, mientras los machos se ocupaban de las relaciones sociales, las fiestas, los negocios, la actividad intelectual, entre otras.

Si bien debemos reconocer que las mujeres, en cuestiones de derechos, han avanzado más en los últimos cincuenta años que lo que se avanzó en los miles anteriores, tampoco podemos dejar de lado que aún hoy, cien años después de Íntimas, las mujeres siguen estando en segundo plano. Me gusta pensar hoy que podemos reivindicar la imagen de Adela Zamudio, sobre todo si consideramos que la literatura siempre ha reflejado el modelo de sociedad que impulsan los países. El hecho de que hayan relegado la literatura de Zamudio al fondo del baúl de los recuerdos, dice mucho de los roles de cada cual en la sociedad actual. Quizás Adela Zamudio renace hoy para recordarnos que la patria no debe tener género, pues ésta no es producto exclusivo de lo femenino ni de lo masculino. Muy por el contrario, la más justa de las sociedades debe nacer de la simbiosis de ambos ingredientes que juntos le entregan el condimento perfecto a la sabrosa historia de una sociedad justa y equitativa.

Por Cristal

llavedecristal.wordpress.com


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