La brecha entre las exigencias de la sociedad civil, agrupaciones ecologistas y científicos, por un lado y el poder político, por el otro, es todavía muy grande, nada nuevo bajo el sol. Eso es la principal y preocupante conclusión que le queda a uno cuando revisa los acuerdos a los que se han llagado en la Cumbre Marco del Cambio Climático de la ONU celebrado en Lima entre los días 1 y 12(+13,5 )de Diciembre.
¿Por qué 12+13,5? Porque en los primeros 12 días no se llegó a ningún acuerdo sustancial, se dejó todo para última hora. Negociaciones, reuniones, notas informativas y, declaraciones de representantes de todos los ámbitos y visitas ilustres se fueron sucediendo día tras día, hasta llegar al día 12 de la cumbre climática sin ningún acuerdo firmado. Así con todo en una última sesión maratoniana y 36 horas después del límite establecido, se llegó a un raquítico acuerdo, que apenas satisface a nadie, algo que se ha hecho más por salvar la situación que por auténtica voluntad.
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Con todo y pese a la sensación de decepción, de que se podría haber llegado más lejos, vamos a pensar que es un avance, pequeño, hacia adelante en la lucha contra el Cambio Climático. Peor estábamos antes de empezar, recordemos el desastre del año pasado en la Cumbre Marco de Varsovia del año pasado.
Destacamos desde estas líneas como el principal avance que supone situar en la hoja de ruta de las negociaciones de la próxima y decisiva cita de Paris del año que viene, el objetivo de alcanzar 0 emisiones de CO2 para el año 2050. Una decisión que viene deslucida por la imposibilidad de los políticos de llagar a ningún compromiso en reducción de emisiones para antes del año 2020, por lo que si el año que viene no lo remedian en París, seguiremos con la situación actual otros seis años como mínimo.
Así en rasgos generales lo que se a acordado es un boceto, te lo puedes descargar aquí, de la estructura que hay dotar a la lucha climática conjunta. Cada país tiene la posibilidad de elaboran sus propios planes en materia de emisiones antes del 1 de octubre del año que viene, con absoluta libertad, pero ninguno de ellos tendrá carácter vinculante, es decir humo.
Luces y sombras Cumbre Climática de Lima. Foto RTVE.ES
También es nebuloso el carácter económico que están tomando estas citas contra el Cambio Climático. Y es que cada vez está más claro que el principal problema que arrastran las negociaciones está en determinar el origen y cuantías de la financiación de las políticas de la lucha contra el Cambio Climático. Y el que el texto simplemente hace una invitación a los países desarrollados incluir en sus planes como y cuánto van a financiar la medidas que se tomen.
Una vez que se entreguen todos los planes, la COP de Paris solo contará con un mes para estudiarlos e integrarlos en documento que signifique un acuerdo global y vinculante. Algo que parece muy complicado, son muchas las cosas que se han dejado para dentro de un año a negociar en un solo mes, por lo que parece que nos avocamos a un futuro fracaso, una vez más.
Y es que si algo ha dejado ver bien a las claras la Cumbre de Lima es que, a día de hoy, todavía hay mucha distancia entre los países ricos y los empobrecidos. El texto reconoce de manera clara el llamado “mecanismo de daños y pérdidas”, con el cual se puede asignar responsabilidades y obligaciones a cada estado en función del impacto que tenga en el fenómeno del cambio climático, pero esto es papel mojado. Y es que las diferencias al establecer los niveles de responsabilidades y de financiación para hacer frente a las acciones necesarias para llevar a cabo una conveniente política global contra el Cambio Climático es el principal escoyo, y en Lima no se ha superado.
Pero no quisiéramos acabar este somero resumen de la COP20 de Lima con una sensación de pesimismo. Más bien al revés. Ya sabéis que se empezó la cumbre con mucho entusiasmo, la marcha por el clima de Nueva York fue todo un éxito, secundado en todo el mundo, bueno, vale, en Madrid no tanto, pero en Barcelona la cosa pintó muy bien. En las calles de Lima se organizó otra gran marcha civil contra el Cambio Climático mientras sucedía la cumbre, que fue otro éxito. En la cumbre hubo momentos, sobre todo los primeros días, en los que se percibía un halo de optimismo, se llegó hablar hasta del espíritu de Lima. Y es que el apoyo civil de la causa es enorme, fundamentada en los informes que miles de científicos de todo el mundo, capitaneados por el profesor Chris Field y el IPCC. Un montón de agrupaciones, como 350 nos están movilizando para luchar contra el Cambio Climático.
Y es que no son nuestros políticos los que deben solucionar el problema del Cambio Climático, somos nosotros, con nuestra actitud y nuestra motivación los que debemos hacer que la balanza cambie de lado.
Y esto parece que sí que va por el buen camino. Ya nadie niega la evidencia del Cambio Climático, la preocupación está en la calle, a nivel global. Ya no son pequeños eventos de activistas, ahora son acciones globales, son informes y estudios técnicos de científicos de primer nivel los que avalan un cambio necesario y urgente. Y es aquí donde nace la motivación que hará que consigamos el cambio de las políticas que nos rigen, algo que en anteriores cumbres anteriores se ha echado en falta, y que en Lima ha aparecido por fin, para influenciar e inspirar a los que un día elegimos para que nos gobernaran.
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