Revista Empresa

El león cobarde y cómo conquistar tus miedos de emprendedor (I)

Publicado el 18 febrero 2011 por Igilval

el leon cobarde 251x300 El león cobarde y cómo conquistar tus miedos de emprendedor (I)
¿Alguna vez has tenido la sensación de que eres un poco… cobarde?
No, no es que te pases el día escondiéndote, corriendo y llorando, pero tampoco has llegado a alcanzar las expectativas que tenías con tu negocio o con tu vida profesional.
Simplemente ocurre que tu página web no tiene la cantidad de visitas que esperabas. O que no consigues finalizar ese producto que quieres vender. De hecho pasan los meses, incluso los años y sigues sin hacer progresos. Y empiezas a preguntarte si llegará el día en el que empieces a progresar de verdad.
Podrías recitar de un tirón una docena de razones que explican perfectamente por qué está sucediendo esto. La mayoría de ellas incluso suenan más que razonables, pero en el fondo sabes que solo hay una cosa que te detiene:
Tienes miedo.
Tienes miedo de decirle a tu familia o a tus amigos que te dejen solo para que puedas trabajar.
Tienes miedo de crear un producto que nadie quiera comprar.
Tienes miedo de dejar tu trabajo para ver como las facturas se amontonan y que todo el mundo te mire como a un fracasado.
Y estás avergonzado (aunque esto es un secreto).
Sabes que se supone que los emprendedores son gente grande. Gente valiente que se ríe del peligro a la cara. Gente persistente, incluso cuanto todo se ha vuelto en su contra. Sabes que tienes que asumir riesgos. Sabes que nunca tendrás la vida bajo control hasta que tu familia o tus amigos te dejen empezar a trabajar en aquello que es importante para ti.
Sin embargo, parece que no eres capaz de hacerlo por ti mismo. Lo has estado intentando tanto tiempo que empiezas a preguntarte si de verdad estás hecho para ser un emprendedor.
Pero no es verdad. Para demostrártelo me gustaría retroceder en el camino hasta 1939 para recordar a un héroe olvidado.
El león cobarde
En la película El Mago de Oz el león cobarde es… bueno, sí… un cobarde.
Todo le aterra. Tanto que no puede dormir. Llora cuando Dorothy le da en la nariz. Corre como si su vida le fuera en ello cuando el mago se enfada.
Y le da vergüenza. Tanta vergüenza que no puede creer que Dorothy y sus amigos le permitan viajar con ellos.
La mayoría de los emprendedores tienen exactamente los mismos problemas. No pueden dormir, gestionan los conflictos muy mal y las figuras autoritarias les asustan mucho.
Cuando fracasan se mudan a otra ciudad, cambian de carrera y a veces incluso llegan a dejar a su familia y todo porque no pueden soportar ni tan siquiera que les miren.
Pero las cosas no tienen por qué ser así. El León Cobarde fue capaz de superar sus miedos y tú también puedes. Para ello, ni siquiera necesitas que te ayude el gran y poderoso Oz.

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