"No te procupes por mí, Reynolds. Soy un artista. Y un artista no es más que un hombre arrastrado por un río: en una orilla está la cordura y en la otra la locura, pero él jamás encontrará el descanso en ninguna de las dos: seguirá fluyendo entre ambas; arrastrado por las aguas de su arte, alejado de la vida que se desarrolla en tierra, desde donde los demás le observan sin poder ayudarle, hasta morir en la inmensidad del mar."