de Francesc Miralles & Care Santos. Barcelona: Ediciones Urano, 2008. 156 p. ISBN 978-84-7953-688-6
Iris está totalmente sola, pues acaba de perder inesperadamente a sus padres en un accidente de tráfico. Su trabajo como telefonista en una compañía de seguros es aburrido y ya ni siquiera sueña con alguien que ocupe un lugar en su vida sentimental.
Así que, una tediosa tarde de domingo, dando un paseo sin rumbo está a punto de cometer la mayor locura, suicidarse. La aparición inesperada de un niño evita el desastre, y es así como descubre en una esquina, un café cuyo nombre es lo que más le llama la atención "El mejor lugar del mundo es aquí mismo".
Allí conoce a Luca, un italiano algo misterioso con quien pasa varias tardes charlando y disfrutando de una buena taza de chocolate caliente. Cada día conversan en una mesa diferente, ya que cada una de ellas tiene cualidades mágicas distintas, sobre importantes cuestiones de la vida: la felicidad, los deseos, los pensamientos, el amor...
Iris acaba por enamorarse perdidamente de Luca, quien desaparece a los pocos días de conocerlo. Y emprende una búsqueda laboriosa para conocer algo de su misteriosa vida, que será poco menos que sorprendente.
¿Qué me sugiere?
Que a veces lo que nos sucede no es lo que deseamos, y parece que el destino nos la juega. Pero lo que hace, no es darnos aquello que anhelamos, sino lo que es bueno para nosotros en ese momento. Aunque de esto nos percatamos cuando ya ha pasado, volvemos la vista atrás y nos damos cuenta que nuestras aspiraciones realmente no eran lo mejor para nosotros.
Por ello, dejarse fluir forma parte del plan de vida, porque a veces no se puede luchar constantemente contra los elementos, pues eso agota nuestra energía.
Una cita: "Abandona el pasado, y el presente arrancará".-