Tras el primer trueno tu perro de repente desaparece en combate, y es muy probable que lo encuentres en la esquina más lejana y oscura de tu casa o bajo la cama. Incluso si tu perro es de una de las llamadas razas más agresivas, puede sentarse tembloroso en tus piernas o echarse a tus pies cuando oye un trueno.
El miedo a los truenos y otros ruidos fuertes no es nada raro en las mascotas. En el mundo animal, el miedo es una respuesta normal a una situación de amenaza o estímulo aversivo y está diseñado para proteger al animal de cualquier cosa que pueda hacerle daño. Una fobia es una respuesta al miedo excesiva, persistente e irracional. Los miedos y las fobias pueden desarrollarse a cualquier edad y en cualquier raza.
Los temores, en general, se pueden desarrollar después de una única experiencia aterradora o pueden surgir con el tiempo. Éstos se refuerzan si la presentación del estímulo es frecuente. Los perros que tienen miedo del ruido generalmente no aprenden a tolerar los sonidos que le inducen dicho miedo. De hecho, con frecuencia se vuelven más temerosos con cada exposición y el miedo se puede generalizar hacia otros sonidos similares. Por ejemplo, los perros que comienzan con fobia a los truenos pueden llegar a sentir miedo de los fuegos artificiales.
Un perro temeroso puede buscar compañía humana, permanecer inmóviles, resollar, temblar, salivar, tratar de escapar, ocultarse o ladrar al oír el ruido que le induce el miedo. En los casos graves, los perros pueden incluso hacerse daño en sus intentos de escapar.
Diagnóstico
Un examen físico completo por parte de un veterinario es un primer paso importante, no sólo para descartar problemas médicos que puedan exacerbar el miedo de tu perro, sino también para comprobar que el perro está sano. También puedes considerar consultar con un especialista en comportamiento.
En muchos casos de fobia al ruido o a las tormentas el diagnóstico es obvio. Sin embargo, si el ruido se produce cuando tú estás ausente, podrías llegar a casa y descubrir que está todo patas arriba, que tu perro anda suelto, o signos de defecación inadecuada. Las grabaciones de audio o vídeo pueden ser útiles en estos casos para determinar con exactitud qué desencadena este problema de comportamiento.
Tratamiento
El tratamiento puede ser tan simple como llevar a tu perro dentro de casa, encender la radio/televisión/ventilador/aire acondicionado, o proporcionarle un escondite cómodo o “lugar seguro”.
Si los síntomas de tu perro son más graves, un programa de contracondicionamiento y desensibilización puede ser útil. Se trata de replicar el ruido previamente grabado y luego, cuando tu perro esté relajado, exponerle a este ruido pero a un volumen bajo. A continuación, puedes aumentar el volumen poco a poco, con cuidado de no hacer que tu perro se asuste. Un veterinario o un experto en comportamiento de perros puede ayudarte a diseñar un programa apropiado.
La desensibilización a las tormentas eléctricas es difícil usando esta técnica debido a que hay otros estímulos que ocurren simultáneamente y que son difíciles de recrear, por ejemplo los cambios en la presión barométrica, los cielos oscurecidos, y tal vez incluso ciertos olores (¿ozono?). La situación real a menudo precipita la reacción fóbica, incluso después de la desensibilización mediante las grabaciones.
El veterinario o un conductista veterinario también pueden recomendarte medicamentos contra la ansiedad.
Cuidados en el hogar
Si el miedo de tu perro es leve y el ruido es frecuente, estas técnicas simples pueden ser suficientes. Sin embargo, no trates de tranquilizar a tu perro durante un evento aterrador con caricias, palabras de consuelo, o una atención especial, ya que a veces la respuesta temerosa de tu perro puede agravar el problema. También ten en cuenta que los perros son sensibles a los estados de ánimo de las personas, y pueden ser influenciados por la forma en que tú reaccionas al ruido. Lo mejor es actuar de manera feliz y optimista desviando la atención de tu perro hacia otra actividad.
Trata de anticiparte a la exposición de tu perro a los ruidos y evitar dicha exposición, si es posible. Habla con tu mascota en un tono cálido y alegre, transmitiéndole el mensaje de que la tormenta no es gran cosa. Anima a tu perro a encontrar un lugar de descanso tranquilo para esperar a que pase la tormenta.