Revista Diario

El miedo a un nuevo médico…

Por Nuria Zúñiga @TuLupus

Allá por mayo me dijo mi psiquiatra que no podía verme más… Que, por cuestiones de agenda e historias “de arriba”, no podría seguirme. Me dió un informe y un papel para que lo llevara a mi médico de cabecera y me derivara a un nuevo psiquiatra. Todo esto ya os lo conté, así que… ¿Por qué os lo vuelvo a contar?

Porque han pasado ya 6 meses (se dice pronto) y aún no he ido :-(. Las tres citas (tres!!!) que he cogido con él (o ella) se han quedado en intento: la primera porque soy idiota y fui al sitio equivocado (maldita neblina lúpica); las dos siguientes… las he acabado cancelando a última hora :-(.

Y es que… a mis 34 años he de reconocer que me da miedo ir a un nuevo médico.

Miedo a la incomprensión

Ahí está todo (y aquí es cuando me echo a llorar como una niña chica y paro un poco antes de seguir).

Tomo aire…

Y adelante, preciosa! (yo y mis auto-ánimos… Lo sé… Soy terrible).

¿Sabéis? No tengo una fractura, mis analíticas no están tan mal como hace meses y mi aspecto es más saludable que el de muchas de las personas sanas que conozco. Mi problema está dentro… (Bueno, además del cansancio y los dolores, pero eso es otra historia).

Y resulta que me tengo que plantar delante de una persona que no conozco y… qué

¿Me evalúa?

¿Me hace preguntas?

¿Le cuento, ahí sentada como si le estuviera leyendo el periódico, que tengo depresión y que bla bla bla?

Vale… Sí, se supone que de eso va la cosa, no? Y que él o ella tiene mi informe y todo eso, pero…

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¿Me va a creer?

No quiero ir porque me da miedo que no me crea… Que me “vea bien” y … y ya lloro de nuevo joú. (Yo tendría que estar con mi otra psiquiatra… ahí estaba bien… estaba haciendo progresos…).

Y no es sólo que me crea, sino…

¿Conectaremos? ¿Me sentiré bien con él/ella?

No es que quiera que sea mi colega (eso es una tontería), pero es importante que tu médico te haga sentir bien, cómoda y con confianza… Y más si es un psiquiatra! Y si eso no ocurre? Ya… cambio de médico, sí, pero antes tengo que ir y eso es lo difícil!

Me han regañado

Pues claro que me han regañado… Como si tuviera 10 años.

Cuando me han descubierto me han dicho “eeehhh que tú tenías psiquiatra ahora!!!”

Y yo he dicho (con la boca pequeñita) “lo he cancelao” y me he tapado la cara con las manos (lo hago de nuevo ahora).

No es tan fácil como parece…

No es una excusa. No creo que haya excusa para no ir a un médico al que necesitas ir.

Pero da miedo y te crea inseguridad… Y entonces viene la ansiedad porque la cita es al día siguiente.

Y pides ayuda. Dices que tienes un día tonto y que necesitas mimos…

Tienes tus mimos viendo The Big Bang Theory y luego te vas a la cama y lees. Intentas no pensar en ello. Te concentras en el libro…

PAFF! La ansiedad manda y viene cual caballo de batalla (y eso que ya me he tomado la medicación!!!)

Al final… cancelo la cita. Tan fácil como coger el móvil, meterme en la aplicación y darle a “cambiar cita”. Supongo que las nuevas tecnologías tienen sus ventajas, pero también sus desventajas… Tal y como dije en el Congreso de Wearables y Salud, seguro que si a mi médico le llegara una alerta diciendo que he cancelado el psiquiatra ya 3 veces me llevaría de las orejas…

… que es lo que va a hacer la próxima vez mi novio, por cierto. Mi idiotez y mi infantilismo le va a hacer cogerse un día libre para ir conmigo al psiquiatra.

Leo esa última frase y me planteo cómo me hace sentir… culpable, avergonzada… pero no siento nada porque estoy así

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Cataplof

Se te cae el mundo encima y decides que te vas al sofá, te tapas hasta arriba y adiós mu buenas. Ése es mi agujero en el suelo y allí es donde muchos metemos la cabeza más días de los que quisiéramos.

Lo único que me planteo es si me voy a drogar o no… porque ya debería haberme tomado mis pastillas de la mañana, pero no lo he hecho… Y es que en días como éste hasta te da igual la medicación… Y te dices a ti misma que noooooooo que has tardado mucho en llegar a donde estás y entonces te las tomas.

Supongo que la estupidez tiene un límite.

No quiero estar así

Nadie lo quiere. Es horrible! Y lo único que puedes hacer es pedir ayuda… y eso cuesta un rato, creedme. He tardado aaaaaaños.

Y pedir ayuda es sólo decir “estoy mal” mientras se te escapa la lagrimilla.

¿”Sólo”?

De “sólo” nada… Es taaaan difícil hacer eso!!!! La depresión y lo que viene con ella no es agradable, no es algo que yo haya buscado y me gustaría más que nada que se fuera y me dejara vivir mi vida tranquila.

Estoy en ello, pero hay días y circunstancias que a veces lo hacen complicado… Y allí es donde me hace bien que haya gente que me dé esos tirones de orejas y una patada en el culo; gente de ésa que se te planta en la puerta y la echa abajo y te saca de casa a patadas si hace falta. Porque hoy voy a salir, sí, pero porque me sacan a patadas… Las ventajas de estar en una asociación y que la gente sepa por lo que pasas y lo que necesitas sin que des explicaciones…

Bueno, será un ventaja más tarde… o mañana… o para mi novio, que se ha ido al trabajo y ni siquiera sabe que estoy así porque yo no se lo he dicho…

Para mí hoy es una desventaja, la verdad… lo peor de la depresión es, quizá, que te da igual todo. No quieres que te ayuden porque te da igual todo… Y cuando te planteas algo… buff, mejor no haberlo planteado porque, sencillamente, se te cae el mundo encima… pero literal.

 


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