Publicado por valedeoro en 06/05/2011 bajo minimalismo | 2 Comentarios por leer
[Esta entrada es la parte final de una mini-serie sobre el estoicismo romano y cómo aprovechar sus fundamentos para una vida (no sólo) minimalista. No te pierdas los capítulos anteriores sobre principios y técnicas estoicas para una vida más tranquila.]
Los estóicos lo tenían muy claro: no es fácil ser estoico. Pero es más fácil todavía no ser estoico (si lo comparamos con tener una filosofía de vida más o menos desarrollada). Musonio lo compara con las relaciones extraconyugales: el tiempo y la energía invertida en mantener y ocultar estas relaciones suelen ser mucho más elevado que la energía necesaria para evitar la situación desde un principio. Dicho de otro modo: si tienes claro tus valores y sabes cuáles son tus prioridades en la vida, entonces es más fácil tomar las decisiones correctas a lo largo del viaje. De hecho una vez que conoces tus valores y lo que te mueve cualquier decisión será más fácil porque te ayuda a navegar en este mundo lleno de decisiones, también cuando se trata de asuntos más o menos triviales (como por ejemplo elegir un modelo de las gafas)¿Realmente quieres desperdiciar tu vida?
Morirás. Probablemente no hoy ni mañana, pero algún día sí. Si no tienes una filosofía para vivir tu vida, un par de principios que te puedan guiar, entonces eres como un barco que va a la deriva por el mar. El simple hecho de no tener un destino desmotiva a la tripulación y tiene un efecto sedante sobre las ganas de hacer las cosas bien. Y cuanta gente no conoces que duerme, trabaja, duerme, trabaja, duerme, trabaja, va de vacaciones y vuelve a dormir y trabajar. ¿Realmente quieres que este sea el legado que dejas en tu vida? ¿Quieres esperar a tu último día para darte cuenta de que en realidad hubiera sido mejor no hacer tal cosa, o aprovechar aquella oportunidad?
Tu vida es tuya, no de tu vecino
Es muy fácil hacerse estoico. Tienes todos los ingredientes necesarios en esta serie (LINK), así como algunos autores que te pueden inspirar más. Sin embargo vale la pena empezar despacio y sin contarlo a los cuatro vientos. Muchos se burlarán de ti, y rápidamente buscarán razones por las cuales estás fallando. Pero si empiezas a utilizar algunas de las prácticas estoicas tu vida será más plena y tranquila. Y al fin y al cabo es tu vida, así que no tienes por qué hacerle caso a todo el mundo.
Además las personas suelen criticar porque en cierto modo tu forma de vivir pone en cuestión sus propias decisiones. Si tienes una filosofía de vida y ellos tienen miedo de encarar su propia realidad, entonces estás amenazando esta falsa tranquilidad. Eso se amplia si además te has decidido por valores que ellos no comparten. Si participas en el proyecto 333 ya lo habrás visto: las reacciones más frecuentes son las de la gente que critica que 33 prendas son o muchas o pocas, sin querer ir más allá en el análisis.
Lo que un(a) minimalista puede aprender de los estoicos
Los estoicos defienden una vida que aprecia la tranquilidad y la serenidad de saber quién eres y qué es importante para ti. Experimentan menos emociones negativas (ira, rabia, dolor, tristeza) y más emociones positivas. Dice Séneca que es imposible que el hombre pueda tener todo lo que quiere. Pero que sí es posible ser feliz con lo que tienes en cualquier momento.
En cierto modo eso suena bastante minimalista: no te apegues a lo físico, ni a lo digital (que una estantería llena de libros no-leídos es igual de superfluo que una biblioteca que nunca es utilizada. De hecho el minimalismo es algo como el estoicismo más fashion. A través de Descartes, Schopenhauer y Thoreau, el pensamiento estoico ha llegado hasta nuestros días. Y resulta que Thoreau suele ser citado como el primer minimalista. Así que si necesitas una etiqueta, llámate estoico o minimalista, dependiendo de lo que encaje mejor en tu entorno. Y después a practicar, porque una vida coherente es como entrenar para las olimpiadas, solo que tu vida ya ha empezado (dijo Epicteto).
PS: No pruebes todas las técnicas a la vez. Empieza con la visualización negativa (LINK) y cuando lo tengas incorporado en tu rutina, empieza a analizar situaciones que te alteran bajo la tricotomía del control. Ya verás como poco a poco recuperas la tranquilidad.
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Imagen: camshots / flickr