Revista Cine

"El monje" de demonios y hombres

Publicado el 12 julio 2011 por Fimin

Cuando un director de la envergadura de Dominik Moll, en competición en Cannes en 2000 con "Harry, un amigo que os quiere" y en 2005 con "Lemming," se asocia con un actor brillante como Vincent Cassel, el interés resulta inevitable. En la adaptación de "El Monje," de Matthew Lewis (1796), considerada por muchos la primera novela gótica, el cineasta, apasionado de los ambientes inquietantes y las personalidades ambiguas, se zambulle en el corazón de las tinieblas donde se enfrentan el bien y el mal, en las heridas de los conflictos interiores humanos, en ese lugar donde la realidad y el misticismo se mezclan peligrosamente. Mañana llega su estreno en salas francesas, hoy tenemos su previa en filmin gracias a nuestros compañeros de Cineuropa.

¿QUÉ ES?

Le Moine es una película de época que se despreocupa de una reconstitución histórica aun manteniendo la fidelidad a la tradición fantástica (fantasmas, magia negra, gárgolas, tormentas, cementerios, exorcismos, máscaras…). La cinta esboza el retrato de un hombre que sufre de sus demonios y del engranaje inexorable de un karma maléfico. Sin embargo, esta película extraña, que mezcla excelencia cinematográfica y rigidez del guión, no se contenta con disecar el impacto psicológico de las fuerzas invisibles, sino que expone las consecuencias de la falta de amor y el poder de las pulsiones, tanto más violentas cuanto más intentamos encauzarlas.

¿DE QUÉ VA?

En 1595, un bebé es abandonado en la puerta de un convento de capuchinos no lejos de Madrid. Criado por los monjes, Ambrosio (Vincent Cassel) se convierte en un predicador famoso y temido que encarna la perfección moral. Ambrosio es despiadado ("cada pecador comete pecados a su medida y Dios los condena todos"), no vacila en denunciar a una joven religiosa enamorada y condenada por su superiora a una muerte lenta ("va a sufrir el suplicio del hambre y de la sed hasta la muerte"). Sin embargo, un joven personaje enmascarado se instala en el convento y Ambrosio se ve acosado por un sueño premonitorio (un tejado, un ave rapaz en el cielo, una mujer vestida de rojo). El mal entró, el pasado va a aclararse "como el fuego de la verdad" y un veneno invade el alma del monje, "suspendido por encima de la boca del Infierno": una posesión que le hará cometer pecados cada vez más dramáticos.

¿QUÉ OFRECE?

Le Moine está dirigida magistralmente, en particular con un magnífico trabajo sobre los contrastes de la luz, audacias estilísticas (sobreimpresiones de imágenes), enfoques al estilo de Velásquez, además de contar con un excelente Vincent Cassel y unas sólidas interpretaciones secundarias (en especial las de Catherine Mouchet y Géraldine Chaplin). Aunque los aspectos fantásticos resultan eminentemente artificiales y los giros del guión se antojan un tanto mecánicos, Dominik Moll consigue crear una poderosa atmósfera para hacer llegar las angustias de su protagonista. Más que las peripecias desiguales e inevitables del género, es la trama psicológico-mística la que confiere a la película su principal punto a favor, oscilando entre el exorcismo ("Váyanse, no vuelvan nunca más") y la tentación ("Dame tu alma, reconoce mi poder y te ofrezco la eternidad a mi lado").


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