La segunda jornada del seminario arrancó con un tema que hasta el momento no se había tocado y tenía que ver con la importancia que revistieron – tanto en la Primavera Árabe como en los casos de rebeliones europeas – el rol de las redes sociales para convocar a la toma de las Plazas, entendidas éstas no sólo como un lugar azaroso para llevar a cabo las protestas sino como la reconquista social del espacio público.(Algo que parecía vedado, en el caso de Oriente por falta de libertad y en el de Europa, por falta de interés).
Por eso, si se tiene en cuenta las actuales tomas de las Plazas Syntagma en Atenas, El Tahir en El Cairo, La Puerta del Sol madrileña (con sus consiguientes efectos dominó en las Plazas mayores de casi todas las ciudades mas importantes de España) o las revueltas de Londres a mano de los Riots, se podrá ver que en todas subyace una situación de descontento popular de importancia y quizás esa sea la explicación de por que una mecha que se enciende en un costado del planeta (como fué la inmolación de un joven en Túnez), inicia una recorrida que acaba en la otra punta del globo, casi provocando los mismos efectos.
La profesora Riham Abdelaziz, miembro de la Universidad de El Cairo y recientemente llegada a nuestro país para llevar a cabo una serie de encuentros, coincidió completamente con esta idea y aclaró que es la primera vez en la historia de Egipto que se ve una convocatoria de tamaña magnitud, otorgándole casi todo el mérito de la gesta a Internet (la cual hace menos de dos años que se instaló de forma precaria en el país) sin, la cual dice, jamás se hubiera logrado todo lo que se logró.
Según ella, el presidente Mubarak jamás creyó que las revueltas de Túnez podrían llegar a afectar su propio gobierno, incluso, casi como en el caso de Sarkozy, su soberbia lo llevaba a declarara ante todos los medios de comunicación del país y del mundo, que Egipto no era Túnez y que su pueblo jamás intentaría derrocarlo por que él contaba con todo el apoyo popular.
Con un discurso excesivamente amable y en un perfectísimo español fue inevitable que en la sala se hiciera un silencio casi sepulcral para oírla atentamente, y el auditorio todo se centró en la interesante exposición de los temas que hizo, respetando el corte intelectual que revestía el encuentro pero sin dejar de enriquecerlo aún más por su calidad de ciudadana egipcia, la cual nunca dejó de lado y que la ubica como al resto de sus noventa millones de compatriotas, a la espera de cómo se desarrollará la transición después de la caída del dictador.
“La de Egipto fue una revolución sin líder. El gran líder fue el pueblo todo” dijo al ser interrogada acerca de la operatoria para llevar a cabo la famosa Marcha del millón que llenó la Plaza del Tahir y le exigió a Mubarak que claudicara de su dictadura decadente. Luego explicó a la audiencia que “El pueblo se jugó y fue a la Plaza: O morían a manos de la policía, o morían de hambre”; frase que claramente alude no sólo al terrorismo de estado ejercido por Mubarak y sus seguidores, sino que deja al descubierto dos realidades: por un lado la de la extrema pobreza e injusticia social a la que estaba sometido el pueblo egipcio y por el otro, la de aquella idea inherente a la condición humana que establece que nadie está obligado a soportar lo injusto y que en una situación más que límite, el único camino posible es la revolución. (Si se compara esta revuelta con otras revoluciones de la historia como la Rusa de 1917, o la que produjo la caída del Comunismo en 1989 pueden verse perfectamente como en todas se repiten una serie de elementos que hacen desembocar inevitablemente en el levantamiento popular y un pedido de cambio del sistema imperante).
Ante la pregunta de cuál cree que será el resultado final de este lento proceso iniciado a principios de enero, la profesora no pudo arriesgar una respuesta y aclaró que si bien no se sabe cuál es el sistema de gobierno que se adoptará en un futuro, está más que claro que varias de las instituciones que para la vista de muchos eran un peligro (como la presencia de la religión islámica en la toma de decisiones políticas y la figura del terrorismo, casi siempre asociado a los países de medio oriente) han demostrado que pueden llevar su vida civil de un modo pacífico y consensuado, sin necesidad de que estados ni organismos internacionales tengan que intervenir en la construcción de su futuro político.
Al referirse al caso de las rebeliones en Europa, antes de meterse en el tema, la profesora arremetió contra los dogmas impuestos por la Comunidad Europea desde su creación y con ellos se cargó de argumentos más que válidos para solventar su postura acerca de la cuestión de los indignados españoles, los revoltosos griegos o los quejosos italianos de los últimos días. Con frases como “Europa fue durante estos años una gran mentira” o “Con esta crisis queda más que claro que Suiza ya no es más un lugar seguro”, la profesora dejó en evidencia al auditorio que como representante de representante de un país de Oriente medio- ellos jamás compraron el modo de vida ilusoriamente perfecto que los europeos intentaron vender al mundo entero sin darse cuenta de que iban camino a un barranco pedregoso y sin salida.
AMÉRICA LATINA Y SU POSTURA ANTE EL MUNDO QUE VIENE
El otro gran tema fundamental del seminario fue el del rol que se cree que debería cumplir el bloque latinoamericano respecto de los hechos ocurridos en medio oriente y de algunas de las rebeliones de países europeos. Si bien hubo disparidad de opinadores al respecto, en la mayoría de los casos, todos tuvieron como hilo conductor la premisa de que tanto la distancia geográfica de los conflictos como la beneficiosa estabilidad por la cual está pasando el bloque latinoamericano, lo ubican en una posición de privilegio no sólo para sacar un provecho a nivel económico sino para demostrar la capacidad de intervención a nivel diplomático (el cual queda perfectamente ejemplificado con el últimodiscurso de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner ante la ONU solicitando la incorporación de Palestina al Comité de Naciones).
En referencia al tema, Martín Granovsky, periodista de Página/12 y asistente al seminario compartió algunos de los dichos hacía unos días cuando le tocó compartir con el ex presidente Lula Da Silva la entrega de premios a la trayectoria en la Escuela de Ciencias Políticas de París. En dicho énclave, el ex mandatario habría asegurado – sin temor a equivocarse- que en “América Latina el único lenguaje común es la democracia”, en clara alusión a las escasas o nulas posibilidades de un efecto contagio en la región, sobre todo por la sanidad institucional de la que gozan los estados del bloque. Así, entre exposiciones magistrales y un nivel de asistencia y participación sorprendentes, el seminario de la UNTREF fue una experiencia muy positiva, y que puso en evidencia la necesidad de abrir espacios de reflexión acerca del mundo que viene en los próximos tiempos, dado que los hechos ocurridos en los últimos meses han dejado al desnudo la inminente ruptura o agotamiento del proceso de globalización iniciado allá por la década del noventa y que llega a nuestros días con sociedades y culturas totalmente modificadas por ella.
En conclusión, a partir de ahora, dependiendo de cómo se desarrollen los procesos de transición en la región de medio oriente y de cómo se vayan apagando los focos encendidos en las principales capitales de Europa, irán surgiendo en el concierto internacional otra serie de problemáticas que revestirán un tratamiento minucioso y agudizado en futuros foros y seminarios de intercambio (por ejemplo, quien detentará el primer puesto como potencia económica mundial, cuánta incidencia tendrán los países de oriente – ya que una vez democratizados formarán parte del mercado internacional- y sobre todo, qué rol adoptará Latinoamérica, al quedar estratégicamente posicionada y con una oferta y libertad de alianzas como nunca antes sucedió en la historia).