El talento está mal repartido, pero aún así el otro día me puse a buscar una canción del grupo de Jo Nesbo, Di Derre, a ver si por lo menos era malo cantando. Pues va a ser que no: digan que no pude analizar muy a fondo la letra, que el noruego lo llevo algo más flojo que el inglés, pero entonar entonaba bien el jodido.
Porque lo de escribir novela negra ya saben que lo borda. Que habiendo gente buena en este oficio, pocos hay con capacidad de mantener la tensión tanto tiempo, que las historias de Harry ya van pidiendo a gritos que las pasen al cine, o cuando menos a la tele, ahora que por allá arriba también hemos descubierto que hacen series de calidad (vean por favor Bron/Broen ).
Harry Hole sigue en pleno camino autodestructivo, más excesivo y suicida que nunca, siguiendo la senda de todos los compañeros muertos que se han ido quedando en otras novelas de la saga. Y en esta ocasión -un clásico del género- tras un asesino en serie: The Snowman, que mata mujeres, infieles e infelices con las primeras nieves de la temporada, dejando siempre en el jardín...un muñeco de nieve.
Cuando lei Petirrojo creí que no se podría superar, y como ya han pasado unos años, no sé si ésta será mejor; pero desde luego probablemente esté a su altura.