Revista Cultura y Ocio

El niño que robó el caballo de Atila, de Iván Repila

Publicado el 20 marzo 2013 por José Angel Barrueco
El niño que robó el caballo de Atila, de Iván Repila
-Encierra a un hombre cualquiera en una jaula, dice el Pequeño.
Dale una manta, un almohadón de pluma, un espejo y una fotografía de aquellos que ama. Encuentra una forma de alimentarlo y después olvídalo durante varios años. Bajo esas condiciones, el resultado será, en la mayoría de los casos, un hombre acobardado, reducido a la culpa, adaptado a la forma de una jaula.
Excepcionalmente, continúa diciendo, el sujeto elegido morirá devorado por la atrofia de sus órganos fundamentales, enloquecerá mirándose al espejo o sufrirá una dolencia terminal a la que, de cualquier manera, estaba condenado.
Por otra parte, en aquellos sujetos con querencia por la rebeldía, incapaces de ignorar la llamada de su espíritu crítico, el cautiverio prolongado es imposible: encierra al insurrecto en una jaula durante varios años y escapará de ella, se suicidará con cuidado detalle valiéndose de los objetos a su disposición o morirá al despiezar su cuerpo para pasarlo a través de los barrotes. El auténtico problema, sin embargo, es la naturaleza fértil de estos insumisos, instalada en lo íntimo de la conciencia humana: cuando uno muere, dos ocupan su lugar.

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