De acuerdo, el local no es el mismo. Aquel espacio encantador en la calle Almirante que nos hacía viajar a algún recóndito bistró parisino con solo cruzar sus puertas ya no será más punto de reunión madrileño para el brunch dominical. Por suerte, aunque cambie el continente, el contenido se mantiene, se actualiza y se muda a la calle Ventura de la Vega.
Tal vez al entrar ahora al nuevo emplazamiento de este emblemático negocio nos de más impresión de “brauerei” que otra cosa, pero lo cierto es que sigue contando con su fiel buen ambiente y con su bien estructurada carta de acertadas opciones. Karim Chauvin se queda al frente del proyecto y él mismo nos cuenta que era imposible olvidarse de los básicos pero que sí tenía que incorporar algún guiño de frescura y novedad.
Al ya citado brunch, que se mantiene como tal, a la imperdonable bomba de chocolate, el humus o el riquísimo steak tartar, platos enseña del Café desde hace trece años, se unen ahora algunos otros que gustan, y mucho. Damos fe de los “moules”, no a la marinera, sino al curry, de tamaño excelente y delicioso toque picante, y Karim añade el ceviche de bacalao y atún con leche de coco y maracuyá y, de postre, un divertido tiramisú con peta zetas.
¿Dónde acomodarse? En el nuevo Café Óliver hay un área de mesas corridas con sus míticos bancos rojos acolchados, varios espacios más íntimos y un reservado, además del rincón de los Chester y una barra más moderna en la que tapear de manera informal o alargar la sobremesa entre actores, cantantes y variopintos artistas. Lo de siempre, ahora, en un espacio diferente, puede que no tan atractivo pero que mantiene, no obstante, toda la esencia.
Ventura de la Vega, 11.
Precio medio: 25-30 euros.
Tlfn. 915 21 73 79