De las 2084 margaritas deshojadas hasta ahora, ninguna le regala las 2 palabras que más anhela. Quizá, si te cuento que su corazón late a 0ºC de temperatura media, el exterminio floral te parezca naturalmente obvio.
Hace 8 días que duerme tumbado sobre un colchón de pétalos. Atención. El crucial sueño florece ya en el campo. Una muchacha le sonríe; hasta le guiña un ojo. Lleva 4 margaritas prendidas en el pelo. Un etéreo vestido amarillo es el botón central de la flor. Azorado, nota un fuerte bombeo en el pecho. Le fluye la sangre, caliente. Ella se le acerca al oído.
—La respuesta que deseas, adorna mis cabellos —susurra la autómata.
Texto: Beatriz Carilla