El orgasmo femenino sigue siendo, en muchos aspectos, un tema tabú del que se ha hablado e investigado poco. Sobre el orgasmo vaginal, en concreto, la polémica está servida. Por ejemplo, un estudio publicado en 2016 en la revista Clinical Anatomy Review y que revisaba la a terminología más utilizada en cuanto a la sexualidad de las mujeres, afirmaba que el orgasmo vaginal no existe y que la mayoría de mujeres son incapaces de llegar al orgasmo durante el coito sin estimular el clítoris.
Relacionado con este tema, el divulgador Pere Estupinyà explica en su libro S=EX^2 La ciencia del sexo (Editorial Debate, 2013) un curioso experimento llevado a cabo nada menos que por Marie Bonaparte, sobrina nieta de Napoleón, a principios del siglo XX. La princesa no era capaz de tener orgasmos cuando mantenía relaciones con su marido, y se planteó la hipótesis de que este problema se debía a que su clítoris estaba muy alejado de la vagina, por lo que era imposible que fuera estimulado durante el coito.
El estudio de Marie Bonaparte
Aplicando el método científico, Marie Bonaparte diseñó un estudio para verificar su hipótesis y entrevistó a 243 mujeres, además de preguntarles por la frecuencia de orgasmos durante las relaciones sexuales. La conclusión de su trabajo, publicado en 1924 en la revista Bruxelles-Medical bajo seudónimo, es que había una relación inversa entre la distancia entre el clítoris y la vagina y la frecuencia de orgasmos mientras se mantienen relaciones sexuales. Años más tarde, un psicólogo estadounidense replicó el estudio y llegó a la misma conclusión que la princesa.
¿Una correlación errónea?
Como ya sabemos, encontrar una relación significativa entre dos variables no tiene que llevar a concluir que exista una causalidad entre ambas, pues muchas veces estas correlaciones se dan por mero azar. En su libro, Estupinyà relata su encuentro con Kim Wallen, un investigador de la Universidad de Emory que en 2011 revisó ambos estudios aplicando los métodos estadísticos más actualizados hasta la fecha y concluyó que la distancia entre el clítoris y la vagina podía ser, efectivamente, un factor que explicara el hecho de que muchas mujeres sean totalmente incapaces de experimentar orgasmos durante el coito pero sí con la masturbación. Su trabajo fue publicado en la revista Hormones and Behaviour, si bien el autor es prudente y recuerda que la correlación puede ser, como hemos dicho, mera casualidad.
La importante función del clítoris
En todo caso, no parece que la única función del clítoris sea inducir al placer sexual, sino que este órgano también cumpliría un importante papel en la función reproductora. Esta fue la conclusión de un estudio publicado en 2019 en la revista Clinical Anatomy, que sugería que la estimulación del clítoris produciría una activación del cerebro que a su vez desencadena una serie de cambios fisiológicos encaminados a conseguir la fertilización del óvulo. Entre ellos se citaban el incremento del flujo de sangre y oxígeno, un aumento en la lubricación y en la temperatura vaginal, así como un cambio en la posición del cuello uterino, la entrada al útero. El autor principal de este trabajo fue Roy Levin, científico biomédico de la Universidad de Sheffield (Reino Unido).
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