Revista Política

el origen de los lunes

Publicado el 03 febrero 2014 por Fabio Expósito Rodríguez @FabioExposito
al principio de todo, justo antes de que el mundo diera el pistoletazo de salida, se reunieron muy cerca de un lago los días de la semana. habían sido elegido entre millones de aspirantes para conformar la rutina en la que se convertiría nuestras vidas. pero antes de empezar debían ser ellos mismos quienes se pusieran de acuerdo para designar el orden que habría de llevar.
el primero en tomar la palabra fue el domingo. en apenas dos minutos y con cierto esfuerzo para hilar unas frases con otras anunció que venía desde un país muy lejano. dijo sentirse cansado por el viaje y por la vida que aún estaba por comenzar. así que tras su breve intervención se echó hacia atrás sobre su cuerpo y en cuestión de segundos se quedó dormido. y gracias a ello se tomó la primera decisión que marcaría nuestros hábitos por siempre, dejando para el último día de la semana a aquel domingo vago.
todos aplaudieron menos el miércoles, que nervioso al saber que tendría un día menos para elegir decidió tomar la iniciativa. tras una retahíla de autopromoción descarada concluyó en que debería ser él y nadie más que él, quien acompañase a los domingos en el disfrute de los fines de semana. en una votación a mano alzada que el propio miércoles propuso no se llevó ni un solo voto. 
poco a poco todos fueron interviniendo, justificando e intentado consagrarse como uno de los días de la semana. se celebraron decenas de votaciones semejantes a las del miércoles, pero con idéntico resultado. sólo el domingo, que seguía durmiendo ajeno a todo, se había ganado con creces su sitio. exasperado por la falta de decisión, el martes dio un paso al frente y proclamó que quería ser el segundo día de la semana. el resto se miró confundido, puesto que hasta ese momento nadie había pujado por ese día en medio de la nada. y el martes se convirtió en martes.
decidieron entonces parar y recuperar fuerzas. en la comida hubo un día de la semana que destacó por encima del resto. ayudado por el alcohol, el sábado se sintió cómodo y deleitó a todos con muecas, chistes, juegos y miles de artimañas divertidas que se le fueron ocurriendo. tardaron horas en volver a reunirse en torno al lago, pero en cuanto lo hicieron fue el lunes quien propuso cerrar el fin de semana asignando al sábado el sexto día. todos menos el miércoles votaron que sí. 
entre discursos y negociaciones de alto nivel, entre los improperios y salidas de tono del miércoles, llegaron a la final por ver quien sería el quinto día tanto jueves como viernes. al lunes se le ocurrió que podrían hacer un circuito de pruebas. en la ginkana hubo de todo, desde partidas de ajedrez hasta pruebas puramente físicas. aunque finalmente sería un baile quien decantara la victoria para el viernes, que había aprendido a mover las caderas de una novia que tuvo cuando era adolescente.
el lunes propuso entonces, que puesto que la competición había estado realmente reñida fuera el jueves el cuarto día. de nuevo el miércoles protestó y de nuevo nadie le hizo caso. así que ya sólo quedaba por dilucidar quién ocuparía el primer y tercer lugar de la semana. acongojado por estar entre el aburrido martes y el más que resuelto jueves, el miércoles volvió a la carga para intentar hacerse con el primer día. el lunes sorprendió a todos aceptando la oferta y así comenzó el mundo. 
pero poco duró la alegría, porque el segundo martes de la historia todos los días de la semana tuvieron que volver a reunirse. el miércoles les había enviado una carta urgente explicando que lo dejaba, que renunciaba a ser un día de la semana y que buscaran a otro para eso. todos estaban decididos a dejarlo abandonar cuando llegaron por la mañana, todos menos el lunes. el lunes se puso de pie y recalcó que a pesar de sus defectos el miércoles tenía otras cosas que lo convertían en imprescindible. callados y atentos los demás asintieron a cada una de las razones que fue explicando. hasta el propio miércoles recuperó los ánimos perdidos y se vio con ganas de empezar de nuevo la semana. aunque martes, jueves y viernes presentaron una moción conjunta antes de que eso pasara, que el resto no pudo sino aceptar.  
por eso sólo los pacientes lunes pueden cargar con el peso de toda la mala leche que concentramos al comenzar la semana. sólo los sabios lunes saben como endulzar y animar un día que para la mayoría se presenta como una pesadilla. sólo los inteligentes lunes pueden convertir el peor día en un trago no tan amargo, aunque para eso tengamos que esperar hasta el café de las once. sólo los transigentes lunes pueden soportar tantas maldiciones y sin embargo acabar siendo la puerta de entrada a lo que seguro se convertirá en una semana fantástica. 

el origen de los lunes

mirar al suelo para ver el cielo



Volver a la Portada de Logo Paperblog