Nombre: El Origen
Género: Suspenso
Director: Christopher Nolan
Actores: Leonardo DiCaprio, Joseph Gordon-Levitt y Ellen Page
Estreno: 28 de julio 2010
Duración: 148 minutos
Calificación: Excelente
Idioma: Ingles
Subtitulo: EspañolDom Cobb (DiCaprio) es el mejor del mundo en el arte de la extracción: apropiarse de los secretos del subconsciente justo en el momento en que la mente de la víctima es más vulnerable: durante el sueño. El extraño don de Cobb le ha convertido en un hombre muy codiciado en el mundo del espionaje corporativo, pero también le ha condenado a ser un fugitivo internacional costándole todo lo que alguna vez ha querido. Ahora tiene una oportunidad de redimirse y volver a tener la vida normal que anhela, pero para ello él y su equipo tendrán que realizar lo contrario a lo que realizan habitualmente: la incepción, que consiste en implantar una idea en el subconsciente en lugar de sustraerla. Sin embargo su plan se complica cuando un peligroso enemigo parece predecir cada uno de sus movimientos. Un enemigo que sólo Cobb podía ver venir.
La inspiración espontánea no se puede falsificar. Esa es una de las premisas de “El Origen”, una película ambiciosa desde donde se la quiera observar. Por más que el guión en el que trabajó Christopher Nolan durante diez años esté lleno de recovecos y laberintos para hablar supuestamente y en un primer plano de los sueños, son tantos los artilugios, las vueltas de la trama, los temas que aborda la culpa, el amor y el avasallador despliegue visual, que la proyección de “El Origen” puede resultar tan placentera casi siempre como por momentos desorientadora.
El éxito obtenido con “Batman, El Caballero de la Noche” le franqueó al director londinense el acceso a realizar lo que quiera. Warner le dio 200 millones de dólares y Nolan optó por una trama que se asemeja mucho más a “Memento”, la obra que lo catapultó como un cineasta original, que al superhéroe. Si en “Memento” Leonard (guionista) vivía la historia su historia de atrás para adelante, del presente hacia el pasado porque no tenía memoria reciente, en un recuerdo dentro de un recuerdo, aquí Nolan hace que Cobb y su gente vivan un sueño dentro de un sueño… dentro de otro sueño.
Si DiCaprio y los otros intérpretes debieron leer más de una vez el guión para entenderlo, es fácil adivinar que “El Origen” permite más de una lectura, y pide, tal vez, más de una visión. Por momentos pareciera que Nolan quisiera demostrarle al espectador todo lo ingenioso que puede ser, pero esa supuesta soberbia se astilla cuando explica en imágenes lo que los personajes acaban de decir con palabras.
“El Origen” tiene de fondo una historia de amor la de Cobb y Mal, vaya nombre que le tocó al personaje de Cotillard, pero la estructura es la de un thriller de acción trepidante. No en vano los momentos más adrenalínicos tiene que ver con la “arquitectura” de los sueños (el personaje de Ellen Page, creando con su imaginación una París que, literalmente, se dobla, y más) y con las escenas de acción, que por lo general son de persecución.
“El Origen” es un filme fascinante, un compendio de realidades virtuales, de saltos en el espacio y el tiempo, y de virtuosismo cinematográfico. Nolan es un creador, con todo lo que eso implica: es un tipo creativo, que refresca con ideas el anquilosado mundo que ofrece Hollywood, por más que un ojo atento detecte citas, homenajes o robos a “Matrix”, “El Ciudadano”, al cine de Kubrick y más. ¿Cuántas veces usted pidió que le dejaran interpretar lo que deseara en la oscuridad del cine, en ese contrato implícito con el director, que puede guiar, orientarlo, pero en definitiva el dueño del relato es uno mismo? Los regodeos de Nolan están presentes en más de una escena, pero de eso también se trata el mejor cine: de maravillarnos y dejarnos sorprender.