Revista Opinión

El otro Alan Gross, contratista secreto de Estados Unidos

Publicado el 24 mayo 2014 por Norelys @norelysmorales

El otro Alan Gross, contratista secreto de Estados Unidos

Alan Gross y Jeffrey Robert Kline

Tracey Eaton.- Las autoridades cubanas detuvieron al estadounidense Alan Gross en 2009 después de su quinto viaje a la Isla en el que intentaba crear una red de puntos de acceso a Internet.
Pero evidentemente, Gross no fue el único viejo judío atrapado en Cuba por realizar una misión para el gobierno de Estados Unidos.
Según una fuente bien informada, que pidió no ser identificada, Jeffrey Robert Kline, fundador de la Fundación Self Reliance, fue a Cuba para probar teléfonos celulares y otros dispositivos inalámbricos para un contratista que trabajaba para el Departamento de Estado.
Las agencias gubernamentales recurrieron a Kline, porque era considerado un “atrevido”, dijo la fuente, que habló bajo condición de anonimato. “Lo contratan para hacer cosas que otros no harían.”
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Kline, de 64 años, no pudo ser contactado para hacer comentarios.
En febrero pasado, escribí acerca de un proyecto que está realizando para la Junta de Gobernadores de Radiodifusión. (Ver “La increíble desaparición del contrato de 450 mil dólares" en inglés).
La DAI, una compañía de desarrollo internacional con sede en Bethesda, Maryland, había contratado a Gross para que viajara a Cuba y configurara los puntos de acceso a Internet.
La Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, USAID, financió a la DAI como parte de un proyecto “de democracia” dirigido a socavar el gobierno socialista de Cuba.
Gross continuó su negocio en silencio, dijo la bien informada fuente, pero Kline “la mantenía muy público” y “estaba dejando celulares por donde quiera.”
Versión de los hechos según la fuente:
Kline y otros empleados de la Fundación Self Reliance habían traído a Cuba unos 50 mil dólares en equipos de comunicación, incluyendo, al menos, un teléfono satelital.
Las autoridades cubanas confiscaron algunos de estos dispositivos y detuvieron por corto tiempo a uno de los empleados. El resto del personal escuchó rumores de que la policía cubana estaba buscando a un judío que estaba distribuyendo equipos de comunicación.
Ellos nunca supieron si las autoridades buscaban a Kline o a Alan Gross. Pero estaban preocupados y se apresuraron a salir del país y regresar a Estados Unidos.
El Departamento de Estado no consideró la misión como un éxito. La comprobación de los dispositivos inalámbricos llevados a Cuba no fue tan detallada o tan sofisticada como los funcionarios estadounidenses habían deseado. De todas maneras, todo el mundo llegó a casa de forma segura.
La versión de los sucesos, brindada por la fuente, no pudo ser confirmada.
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Emily Goulding, una antigua empleada de la Fundación Self Reliance que trabajó para Kline durante tres años, dijo: “Es un hombre interesante, muy creativo.” Sin embargo, se negó a hablar de la labor de Kline en Cuba, lo que calificó como “clasificado”. Tampoco respondió preguntas sobre las experiencias en Cuba, y sugirió que el Departamento de Estado podría tener más información.
El currículum de Goulding dice que ella fue especialista en desarrollo para la Fundación Self Reliance de 2007 a 2009. Sus logros se enumeran como:
  • Ayudó a recaudar 5,6 millones de dólares para proyectos de justicia social basados en los medios de comunicación.

  • Diseñó y aseguró fondos para varios proyectos internacionales de diplomacia pública, como un proyecto organizativo de hip hop, como el proyecto teatral callejero en Cuba, Mi País Inventado, y una revista Web venezolana dirigida por jóvenes a través de la Oficina de Democracia, Derechos Humanos y Trabajo del Departamento de Estado.

  • Escribió para el Departamento de Justicia la propuesta ganadora de la iniciativa nacional del proyecto Safe Childhood realizado desde el 2007 hasta el 2008 con un presupuesto de 2,5 millones de dólares, y las iniciativas nacionales de prevención del cáncer de un millón y medio de dólares para los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.

Su perfil en LinkedIn no muestra ningún trabajo realizado en Cuba. Dice, en parte:
Fundadora de Girasol Consulting, Emily Goulding-Oliveira es escritora, educadora y activista. Emily analiza cuestiones urgentes en los asuntos públicos y ayuda a líderes y organizaciones a encontrar financiamiento, especialmente en nuevas comunidades y en la sociedad civil global.
En su carrera como redactora de solicitudes de subvenciones ha escrito propuestas ganadoras para la fundación John S. y James L. Knight Foundation, el Fondo Nacional de las Artes, el Departamento de Estado de EE.UU., etc.
Goulding ha viajado a Cuba. En 2011 escribió un artículo titulado “Viva el Arte: DC’s Capital Fringe Festival Reminiscent of Cuba.” Declaró:
“Fui a Cuba en el 2009 para asistir al Concierto por la Paz promovido por Juanes y encontré una escena artística allí casi similar a la de Washington D.C.. The Fringe, como Cuba, no tiene aire acondicionado, y tiene algo de polvo. Pintura cayendo es un problema, y se corre el riesgo de electrocutarse por los cables expuestos.
La escena es hecha en casa, y de altas miras. Se presenta con un toque de orgullo regional bajo las banderas rojas, blancas y azules con estrellas, y los artistas de the Fringe no están ahí para hacer dinero, y en Cuba, no se puede en realidad ganar dinero, así son las cosas.
En la Fringe, como en mucho de La Habana, el arte se puede hacer en cualquier lugar – donde cualquier losa de hormigón puede servir como escenario. Tantos los artistas cubanos como los de la Fringe son más propensos a formar colectivos o conjuntos en lugar de empresas, e incluso se visten iguales. Nunca había visto tantos pares de Chuck Taylors como vi en el Parque de los Bohemios en el centro de La Habana.
Por accidente político, el tipo de trabajo creado en la capital del mundo libre y la capital del mundo comunista es también similar. Estadounidenses de la era de la recesión ya no se venden del todo al capitalismo, y los artistas cubanos ya no se venden exclusivamente al comunismo.
Ambos están creando algunas ideas intermedias nuevas en las que se transforman las viejas.”
Brigitte Savage también trabajó en Self Reliance. Fue directora de desarrollo. Consultada sobre el trabajo de Kline in Cuba, respondió en un correo electrónico:
Lo siento señor Eaton -¡no hay nada que pueda decirle!
Robert Russell es el antiguo director ejecutivo de Self Reliance. Dijo en un correo:
Mientras trabajaba para la fundación Self-Reliance, mi labor consistió en planes nacionales que se centraban en proyectos de Ciencia, Salud y Educación dirigidos a latinos. Yo sabía que la organización realizaba un proyecto relacionado a medios de comunicación en la Isla, pero no tuve participación directa y no sé realmente mucho más que eso.
El otro Alan Gross, contratista secreto de Estados Unidos
La Oficina del Inspector General del Departamento de Justicia mencionó a Self Reliance en un informe semestral enviado al Congreso en 2010. Según el informe, la Oficina del Inspector General había detectado 470 mil 750 dólares en costos que fueron cuestionados y no parecen estar documentados adecuadamente.
Pero estoy divagando…
De vuelta con Jeff Kline.
Él es director de una empresa sin fines de lucro llamada Fundación Pinyon. La dirección de su corporación parece encontrarse en el domicilio de Kline en Santa Fe, Nuevo México.
Registros federales muestran que la BBG, que dirige Radio y TV Martí, galardonó a esta Fundación Pinyon sin fines de lucro con una subvención de 450 mil dólares por producir una serie de videos de autoayuda para los cubanos.
Le pregunté a Kline sobre esta subvención en febrero. Me dijo: “Yo sé que la Fundación Pinyon no ha recibido 450 mil dólares. Yo lo habría sabido. Pinyon no tiene ningún dinero de esta naturaleza en absoluto.”
Los registros mostraron que el contrato se firmó el 30 de septiembre de 2013. Lo llamé un “desaparecido contrato de 450 mil dólares” porque Kline dijo que su fundación no recibió el dinero.
Creo que ahora sé por qué.
El 15 de enero de 2014 se firmó otro contrato de 450 mil dólares. En este se enumera el mismo número de contrato que el acuerdo de la Fundación Pinyon: BBG50C130046.
Pero esta vez, el dinero va a una empresa con fines de lucro. Se llama Canyon Communications LLC, y su fundador es un hombre llamado Jeff Kline.
Fuente original: Along the Malecon Traducción Havana Times


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