Revista Cocina
A estas alturas no vamos a descubrir a ningún aficionado al vino quien es Peter Sisseck ni los dos principales vinos que elabora, Flor de Pingus y sobre todo el celebérrimo y carísimo Pingus.
Después de que sus vinos estuvieron plenamente establecidos como un referente de calidad del panorama vinícola español, Sisseck decide embarcarse en un nuevo proyecto: trabajar con viticultores tradicionales de la Ribera del Duero e intentar aprovechar al máximo la calidad de viejos viñedos en vaso de Tinto Fino para elaborar lo que podríamos decir que es su vino más personal. Sisseck estuvo codo a codo con Pablo Rubio, de Alonso del Yerro, intentando identificar los viñedos con mayor potencial; se trabajó intensamente para recuperar los suelos, arrasados después de años de uso y abuso de química, y para volver a trabajar las viñas de forma natural; hubo de esforzarse mucho para cambiar la mentalidad de los productores de uva, a quienes siempre se les había premiado más por la cantidad que por la calidad; y al final, logró conseguir el tipo de uva sana y equilibrada que deseaba. De estos viticultores, de estos viñedos y con estas uvas, nace en 2007 Psi.
La añada 2010 es la cuarta de este vino. Elaborado con uvas de cepas de más de 30 años, procedentes de 6 pequeñas parcelas de grandes zonas de la Ribera del Duero, trabajadas por viticultores vinculados al proyecto. Vendimia y despalillado manuales, fermentación con levaduras indígenas en tanques de cemento, maloláctica en tinos y barricas de roble usados, sin trasiegos, y crianza de 18 meses en barricas de roble francés de segundo y tercer año, de los cuales algunos han sido usados para la crianza de Pingus y Flor de Pingus. Embotellado sin filtrar ni clarificar.
Psi 2010 (DO Ribera del Duero, tinto con crianza 100% Tinto Fino, Dominio de Pingus) es un vino de un precioso color cereza de capa media, con ribete rubí, limpio y brillante. Nada más acercar la copa a la nariz, intensos y elegantes aromas de moras, chocolate y vainilla, que luego van evolucionando y dejando paso a la fruta roja, la tierra mojada, las especias y el tomillo. En boca llama la atención sobre todo su carácter muy frutal, fresco, con una buena acidez y un paso envolvente, apareciendo al final un tanino muy sedoso e integrado; se notan a veces un poco los 14º, pero no molestan en absoluto. En conjunto ha hecho que me viniesen a la mente los vinos de Goyo García Viadero.
Un vino espléndido, muy disfrutable, que creo que gustará a los que huyen de la cara más maderosa y de gran extracción de la Ribera.
Esta ha sido la primera de las tres botellas que compré en avanzada en julio de 2011 y que llegaron en octubre de 2012. Veremos hacia donde evoluciona, aunque ahora mismo es una delicia de vino.