Revista Cocina
Hola amigos!!!
Casi todos vosotros sabéis que soy una amante de los panes, y es que me viene en la sangre, y la verdad, es que estoy algo retrasada en compartir diferentes recetas de pan, asi que, esta semana me he animado y he elegido uno de los panes que más me gusta para compartir con vosotros, el pan de Chapata o Giabata.
Este tipo de pan, se considera pan rustico compacto, con origen Italiano y datado de 1980-1990. Caracterizado sobre todo por su corteza dura, su forma plana y alargada y como no, con un sabor exquisito.
Su nombre original romano es el de Giabata, y es una variedad de pan que en muy pocos años, ha conquistado el mundo, ya que cada vez es más consumido y apreciado en toda Europa, y America, sobre todo en Mexico, por sus excelentes cualidades. El éxito de su sabor está en los ingredientes que se emplean en su elaboración y sobre todo porque su masa va fermentando muy lentamente. La miga de la Chapata es fresca y suelta y muy jugosa, esto es debido por la cantidad de humedad de su masa. Su color es ligeramente oscuro, precisamente como resultado de su largo proceso de fermentación. Cuando hablo de fermentación lenta,, me refiero a que la levadura utilizada para la elevación de la masa, es a través de una masa madre, en este caso la denominada poolish, que se consigue a través de la mezcla de harina, agua, sal, azúcar y levadura fresca. El uso de levadura madre hace que su sabor sea mucho más intenso que el de los panes convencionales y también ayuda a que su proceso de conservación sea más largo.
Las cualidades nutritivas son semejantes a los del pan convencional, a las que hay que añadir que llena más debido a su mayor masa, por la consistencia de su miga y además más digestivo debido a que por su corteza crujiente nos obliga a una buena masticación.
En definitiva, un pan delicioso que personalmente me encanta!!! Y ahora, después de todo este rollo, os dejo con mi receta de chapata, que os aseguro que si la haceis tal cual, el resultado será genial!!!
Ingredientes:
· 645 gr. masa madre poolish
Para conseguir esta cantidad de masa madre, las cantidades son 320gr. de harina de fuerza, 360 gr. de agua templada, 10 gr. de levadura, una pizca de sal y una pizca de azúcar. Mezclamos todo bien y dejamos reposar toda la noche en el frigorífico. Es aconsejable sacar una hora antes de usar para que valla cogiendo temperatura ambiente.
· 380 gr. harina de fuerza · 12 gr. de sal · Una cucharadita de azúcar · 20 gr. de levadura · 180 ml. De agua · Un poco más de harina
Preparación:
En primer lugar, y como os he comentado, tenemos que preparar nuestra masa madre. Es preferible prepararla la noche anterior, pero si no podéis aguantar tanto tiempo, la podéis usar después de una hora de fermentación a temperatura ambiente. Si la habéis tenido toda la noche en la nevera, es recomendable sacarla y dejar temperar una horita antes de su uso.
Una vez tengamos la masa madre preparada y todos nuestros ingredientes listos, estamos listos para empezar. Cogemos la mitad del agua y disolvemos en ella la levadura fresca. A continuación, en un bol grande, incorporamos la masa madre, el agua con la levadura, la sal, el azúcar y la harina y amasamos durante 10 minutos, añadiendo a mitad el resto del agua y un poco más de harina si la necesita. Recordad, que es una masa muy húmeda y que su resultado final es algo pegajosa.
Una vez la hayamos amasando, enharinamos nuestra mesa de trabajo e incorporamos la masa, terminamos de amasar estirando de las puntas y doblando sobre si misma. Repetimos la misma operación varias veces. Cuando ya tengamos nuestra bola, la dejamos fermentar durante una hora o hasta que doble de volumen en un lugar fresco y seco y tapado con un paño.
Mientras nuestra masa fermenta, vamos a preparar la bandeja de horno. Yo lo que suelo usar para emular las bandejas especiales para panes, es con papel sulfurizado le hacemos unos picos doblando sobre si, y haciendo una especie de pared entre barra y barra, como podéis ver en la imagen…
Una vez haya fermentado, volvemos a incorporar nuestra masa sobre la mesa de trabajo previamente enharinada, y con cuidado de no desinflar la masa, cortamos las porciones y estiramos de las puntas para alargarlas y dejar sobre nuestra bandeja de horno.
Untamos nuestras barras con un poco de aceite de oliva AOVE y espolvoreamos con harina, tapamos y dejamos fermentar unos 45 minuto más. Transcurrido este tiempo, repetimos la misma operación de antes (aceite y harina) y horneamos unos 40-45 minutos, hidratando cada 10 minutos con la ayuda de un spray, a 200º, con el horno previamente caliente. El motivo de hidratar cada diez minutos es, que esta hidratación ayuda a que la corteza sea más crujiente ya que así, la masa no pierde la humedad. Un truqui de lo míos, jejejejeje.
Cuando levantemos y toquemos el culete de la barra y suene hueco, nuestro pan estará listo. Dejamos enfriar y listo para degustar…, aunque calentito también está que no veas!!!!! Bueno chicos, espero que os haya gustado la receta y que os animéis a hacer vuestro propio pan, pues la satisfacción de comer vuestro propio pan, no tiene precio! Y os prometo que pronto subiré más recetillas de pan, mientras tanto, podéis visitar el blog de Isa, El Horno de Isa, donde podréis encontrar una gran variedad de panes y mucha información interesante sobre ellos.