Alguna vez te has preguntado qué hace a un dietista-nutricionista? Seguramente sabes lo que hace pero ¿sabes cómo se ha formado para saber hacerlo?
El dietista Nutricionista es un profesional sanitario que tiene una titulación de grado universitario (antes diplomatura) en Nutrición Humana y dietética. Tiene sólidos conocimientos de fisiología, anatomía, bioquímica, química orgánica, estadística, psicología de la conducta, fisiopatología, bromatología, farmacología y técnicas culinarias. De hecho, no se les enseña a elaborar menús para dietas hasta el segundo año de carrera, antes es necesario que conozca las bases fisiológicas humanas, y la química de los alimentos.
En general es un profesional formado en la alimentación y nutrición humana, con lo que ello supone, desde la relación de esta necesidad diaria de los humanos con la salud hasta su relevancia en las relaciones sociales y en la industria. Como norma general, elijen esta rama sanitaria personas metódicas y con vocación, ya que la profesión requiere rigor científico y no sólo en la nutrición clínica, también en la deportiva, la comunitaria y la de la investigación.
¿Un dietista-nutricionista es un médico?
No. Y un médico no es un dietista-nutricionista.
Sin menospreciar (no es la intención y me esforzaré para que ni lo parezca) el trabajo ni la figura de médicos estomatólogos, endocrinos y enfermeros educadores, el dietista-nutricionista se forma durante 4 años sobre cómo tratar y prevenir innumerables afecciones mediante la alimentación, a equilibrar el menú de los infantes y la familia, a no causar interacciones fármaco-nutriente, a entender la relación conductual entre la persona y la elección de los alimentos que compra y consume, a asegurar la correcta nutrición de pacientes hospitalizados, enfermos y sanos, a comprender las reacciones químicas que tienen lugar desde la cocción hasta la eliminación de un alimento, pasando por la digestión y a transmitir este conocimiento mediante pautas y documentos estudiados, constatados y adaptados al entendimiento de toda la población.
De la misma manera que la formación académica de un médico o un enfermero educador se centra en su especialidad para dotarle de todos los conocimientos necesarios para ejercer sus funciones sanitarias y velar por la salud de sus pacientes según la disciplina elegida.
El nutricionista clínico
La rama clínica de la nutrición se ocupa de la atención sanitaria de las personas en lo que respecta a la alimentación. Un nutricionista clínico no sólo “hace dietas” sino que cumple un papel educador y preventivo utilizando pautas dietéticas y recomendaciones que pretenden mejorar la evolución de una patología, prevenirla, evitar su empeoramiento o ayudar al paciente a que su alimentación no interfiera con su medicación y a evitar recaídas.
El nutricionista deportivo
El deportista tiene unos requerimientos nutricionales que se escapan a la norma, sobretodo si se trata de un deportista de elite. El nutricionista deportivo vela por que la alimentación cubra todas sus necesidades nutricionales, interviene con una alimentación adaptada a tipo de ejercicio, duración e intensidad, a una mejora del rendimiento (para superar una marca, por ejemplo) y a evitar carencias, déficit y lesiones asegurando una correcta recuperación después del entrenamiento. Paralelamente el deportista no deja de ser una persona con unas características únicas, por lo que además debe tenerse en cuenta su estado de salud, sexo, edad… Es, lamentablemente, hoy en día el que más se ve afectado por el intrusismo profesional.
El nutricionista comunitario o de salud pública
Ejerce su función sobre la población general desde entidades de diferente índole: colegios oficiales, asociaciones, agencias gubernamentales sanitarias. Principalmente hace llegar un mensaje claro a la población sobre algún tema alimentario que pueda prevenir alguna enfermedad o mejorar la salud de la población, un ejemplo es la mano que señala comer 5 raciones de fruta y verdura (5 al día), el programa PERSEO o la estrategia NAOS, la campaña de la OMS que sorprendió a muchos consumiendo más carne roja de lo recomendado, entre otros…
El nutricionista científico
Gracias a numerosas tareas de investigación (la mayoría estudios poblacionales) que relacionan la aparición o ausencia de determinadas enfermedades con la alimentación llevada a cabo por un individuo o colectividad, se sabe que determinadas costumbres alimentarias o el consumo de determinados alimentos predisponen a padecer determinadas patologías (bastante evitables, por cierto) como es el caso de la diabetes tipo 2, la hipercolesterolemia, la hipertensión, la obesidad, entre otras. Estos nutricionistas trabajan en la sombra y son la base del conocimiento que luego se trasmite al paciente o a la población general a través de la consulta dietética o en publicaciones y alegaciones dirigidas a un colectivo determinado.
También hay especialistas en restauración colectiva confeccionando menús equilibrados en los colegios, en la industria asesorando el desarrollo de nuevos alimentos o en la docencia, impartiendo clases a futuros profesionales.
Y como muestra: una pirámide.
Es enorme el trabajo y el estudio que envuelve la famosa pirámide de los alimentos, que puede entenderla un niño, una persona que no sabe leer o alguien que no hable el idioma local. Y sin embargo, transmite las bases de un estilo de vida saludable y la prevención de Enfermedades Crónicas No Trasmisibles (enfermedad cardiovascular, obesidad, diabetes o cáncer) sólo con las pautas necesarias para comer todos los días. Muchos tipos de Nutricionistas hay detrás de este mensaje, desde el científico que relacionó el consumo de verduras con la incidencia de cardiopatías hasta el nutricionista clínico que te la explica para que mejores tus hábitos, pasando por el comunitario que la diseñó.
¿Qué te ha parecido esta información? ¿Tienes a misma concepción de esta profesión que al inicio del artículo?