término Caiaimarada para señalar todo lo que algunos entrenadores devenidos en analistas de fútbol exponen frente a una cámara confiando en que el desconocimiento de la audiencia es proporcional al de ellos que, además, ante cualquier disenso sólo atinan a decir que los demás no entienden.
Dicen que cuando se tiene a disposición un jugador como Messi, lo importante es armar un equipo fuerte en defensa, y que cuando la defensa es débil hay que cerrarse bien atrás. Entonces justifican tanto con las virtudes como con los defectos lo que no se atreven a decir abiertamente: que no tienen idea de qué hacer con la pelota. Cuando tienen suerte, el resultado los justifica, de lo contrario, no saben para qué lado agarrar y empiezan con que hay que pensar en cómo juega el rival, que el clima, que la altura, que el abuelo murió, para terminar con un rotundo "no entienden nada".
El planteo de Bianchi contra el Toluca fue el más inteligente y sirve para refutar todas las caiaimaradas expuestas durante estos mediodías.
Boca debía decidir qué riesgo tomar, y eligió el más acorde al equipo, a su necesidad. Qué hacer, achicar el equipo hacia atrás, recuperar la pelota cerca del área propia, y recorrer muchos metros en ataque para llegar sin aire al arco rival. Teniendo en cuenta que Blandi no es un jugador hábil ni de carrera veloz, y que Riquelme es más lo que arrastra su renquera, y encima contra una defensa rápida acostumbrada a jugar en la altura.
O achicar hacia adelante para recuperar la pelota en posiciones ofensivas, en detrimento de la protección que Orión iba a tener en el arco, teniendo en cuenta que los jugadores del Toluca no eran los titulares salvo alguna excepción, y que el arquero de Boca es un baluarte de este equipo.
Además, hoy que todo el mundo señala la discapacidad de los defensores bosteros, hoy que aseguran que Boca juega con una defensa ortopédica, siempre será preferible que la defensa tuviese menos trabajo en la marca y jugara en línea haciendo el intento de dejar al rival en orsai. Digo, ya que tan discapacitados son los defensores de Boca, mejor no exponerlos a marcar tanto. Ya sé Cai, ya sé, ¡no entiendo nada!.
Los argumentos citados más la necesidad de ganar para evitar a los rivales más peligrosos, claramente le dan a Bianchi la razón en el planteo. Boca eligió, o la necesidad, la característica de los jugadores propios y rivales, y la altura, impusieron el segundo riesgo: Achicar hacia adelante, de 3/4 a 3/4. Y no salió mal. Tan mal no salió que de 6 intentos del Toluca, 5 veces quedaron en orsai. Y apenas llegaron una vez que fue la del primer gol del partido. Cuando vieron que siempre quedaban fuera de juego dejaron de intentar. Los números que a usted tanto le gustan hablan por sí solos, ¿o no, Cai?.
Por otra parte, un detalle: Boca eligió otro riesgo que consistió en reducir el ancho de la
cancha con todos los jugadores cerrados hacia el medio para evitar cuanto más se pudiera los efectos de la altura, aunque significara que el rival aprovechara el espacio que quedaba en los costados. Obligado por la dolorosa y preocupante lesión de Clemente, tuvo que apelar a ese recurso.
En fin, Boca obtuvo mejor suerte en ataque que en defensa, porque falló, como se está haciendo costumbre, en la tenencia de la pelota, y le ganan bastante de aire en el área propia. Tampoco se puede negar que últimamente, a diferencia de lo que ocurría antaño, las pelotas en contra entran todas, los penales son vistos por todos los árbitros, y las pocas opciones de gol que genera el equipo no entran, excepto contra Toluca.
En fin, pese a las caiamaradas que se dicen, Boca está bien, o por lo menos no está tan mal como lo pintan. Errores van a cometer siempre, no siempre el rival acertará, los lesionados van a sanar, los sanos van a mejorar, tienen un buen arquero, una defensa aceptable, buenos delanteros, un dr. Román cuya renquera es sabido no le ha sido jamás impedimento, un Ervitti regular, un Fernández interesante, un Martínez irreprochable, buenos delanteros de área, y un Viatri que es un fenómeno. Esto sumado a que hoy el equipo de Bianchi tiene menos lesionados que en el 98, más la considerable mejoría de Zoomoza, y que Caruzzo se va acomodando al estilo de un equipo grande, ¿por qué no ilusionarse?.
| Las figuras |
Caruzzo: Lo mejor de la defensa, no fue exigido demasiado y respondió. Es el Traverso de la época actual, como no da entrevistas, los medios lo revientan sin explicar qué hace mal, en una actitud miserable que podríamos denominar Vignolada.
Riquelme: El mejor en ataque, perdió unas pocas pelotas que generalmente no pierde (una fue un gol en contra de Riquelme, perdió en mitad de cancha y terminó en gol del Toluca. Y otra la perdió cerca de mitad de cancha, la pelota derivó en un córner de cuya ejecución vino el tercer gol del Toluca. ¿El |10| peleado con el técnico?. Además, se supo que en la concentración previo al partido, un mosquito invadió la habitación de Orión, Riquelme se negó a echar un cacho de fli y durante el partido Orión fue picado por el mismo mosquito). Intervino en los dos goles de Boca, fue el más peligroso en ataque. Tendría que retirarse. Martínez: Provocó faltas, arrancó bien, se cansó después de haber hecho un buen partido, además, tiene la tendencia de tirarse atrás creo que por propia iniciativa, y se está guardando la gambeta cerca del área para momentos más oportunos. Desde que juega en Boca, no hay reproches para el admirador del burrito Ortega. Orión: Muy bien como casi siempre. Muchos exageran sus actuaciones con la intención de desmerecer a Boca, y con la misma intención ningunean al rival, de manera que cada argumento anula el anterior y así la opinión les dura aproximadamente cuarenta minutos.
Mi ídolo es Luís Islas, de manera que no puedo evitar pensar que el primer gol podría haber sido evitado si el arquero salía a atosigar al rival, pero criticarlo por eso sería una exageración.
Somoza: Era el mejor del equipo junto a Riquelme y Martínez hasta que convirtió el gol. Se liberó y volvió a ser el de siempre. Hay que enjaularlo.
En fin, otra humillante derrota de Boca y se viene la eclosión de la interna. La relación entre Orión y Riquelme no da para más porque parece que con la excusa de matarle todos los mosquitos de ahora en más al arquero, Riquelme aprovechó la volada en la concentración previa al partido contra Belgrano y lo abofeteó en la cara. Boca está en crisis y un empate con Belgrano marcaría el final de la era Bianchi.