Revista Expatriados
El estallido de la I Guerra Mundial trajo cambios sustanciales a la India. De pronto la India, a la que se le negaba el autogobierno, se encontró con que se le pedía que realizara una contribución sustancial al esfuerzo bélico del Imperio. Millón y medio de indios sirvieron en el Ejército británico. La India aportó 146 millones de libras para la guerra. Subieron los impuestos y los precios (un 93% en el caso de los cereales y un 190% en el de los artículos de importación).
En esta situación de malestar y de descrédito de los más moderados, los musulmanes y los nacionalistas hindúes acercaron posiciones. Los musulmanes, tras la anulación por los ingleses de la partición de Bengala, temieron que los británicos les dejaran caer a su mejor conveniencia y pensaron que su mejor baza era la de intentar un acomodo con los hindúes. Esto coincidió con la agitación de la teósofa inglesa Annie Besant, que en 1916 creó la Home Rule League junto a Lokmanya Tilak. Besant pensaba que la Indiadebía adoptar la misma estrategia que había seguido Irlanda y que la I Guerra Mundial ofrecía una ocasión inmejorable para luchar por el autogobierno. La influencia de Besant fue determinante para que los nacionalistas volvieran al Partido del Congreso y éste adoptara el autogobierno como su objetivo último.
En estas circunstancias, en 1916 el Congreso y la Liga Musulmana alcanzaron el Pacto de Lucknow que establecía que los musulmanes dispondrían de una proporción de escaños en el futuro parlamento indio y recibirían escaños extras en los sitios en los que fueran una minoría. Por primera vez el Partido del Congreso aceptaba que hubiera un electorado separado para los musulmanes. Para Mohammed Jinnah, uno de los principales líderes de la Liga Musulmana el Pacto fue un logro considerable. Reforzó su primacía al frente de la Liga, primacía que mantendría hasta su muerte, y le permitió hacer ver a los británicos que los musulmanes indios podían pasarse sin sus mimitos, porque los hindúes también estaban dispuestos a hacérselos.
Paralelamente a esos acontecimientos, se produjeron cambios en el seno del Congreso. El moderado Gopal Krishna Gokhale murió en 1915. Con el paso de los años el radical Bal Gandaghar Tilak había moderado sus posiciones y ya no se oponía ferozmente al diálogo con los británicos. Así, en 1916 reingresó en el Congreso junto con sus seguidores. También por esas fechas ingresó en el Partido un abogado tocapelotas que se las había tenido tiesas con los británicos en Sudáfrica: Mohandas K. Gandhi.
La sesión que el Partido del Congreso celebró en diciembre de 1917 fue un presagio de las cosas habían empezado a cambiar en el país y en el partido. En agosto el gobierno británico había anunciado que su política era asociar cada vez más a los indios a la administración del país para que tuviera un gobierno responsable como parte integral del Imperio Británico. O sea, que había que indianizar la Administración de la India e incluso, según se interpretara, se podía pensar que el objetivo último era que la India alcanzase el estatus de Dominio. Aunque en la sesión de diciembre de 1917 los extremistas eran mayoría, Annie Besant, que la presidió, consiguió que no mordiesen la mano que les tendía el Raj y que la reunión emitiese una resolución en la que el Congreso expresaba su adhesión a la Corona y su deseo de estar con el Imperio costase lo que costase. La sesión también emitió una resolución sobre las desigualdades que apuntaba hacia los parias.
Los británicos no supieron entender que el tiempo se les estaba agotando. En julio de 1918 se publicó el Informe de las Reformas Montagu-Chelmsford, que propuso unos cambios modestos al gobierno de la India y que seguía dejando en manos británicas las principales áreas de decisión. Para terminar de empeorar las cosas, ante el creciente malestar que había en el país, en marzo de 1919 el Consejo Legislativo Imperial introdujo la Ley Rowlatt, que reforzaba los poderes extraordinarios que se les concedieron a los tribunales durante la guerra. Poco después, en abril, se produjo la matanza de Amritsar, cuyo responsable, el General Dyer acabaría siendo exonerado en un proceso en el que la Justicia brilló por su ausencia.
La matanza de Amritsar marcó un antes y un después en las relaciones entre los amos británicos y los colonizados indios. Además coincidió con el desembarco de Gandhi y otros jóvenes nacionalistas tales como Motilal Nehru y Lala Lajpat Rai al liderazgo del Congreso. En su nueva condición de líder del Congreso, Gandhi hizo un último intento de aproximación a los ingleses y de confiar en su sentido del juego limpio y quiso que el Congreso intentase operar en el marco de las nuevas reformas con el objetivo último de lograr el autogobierno. La constatación de que los británicos no tenían la menor intención de reparar los crímenes de Amritsar le llevaría a cambiar de táctica y abogar por la no-cooperación con el Raj.
La sesión especial que celebró el Congreso en 1920 aprobó el programa de no-cooperación defendido por Gandhi. Entre las medidas propuestas estaban: 1) Devolución de los títulos y empleos honorarios; 2) Retirada gradual de los niños de los colegios gubernamentales; 3) Boicot a los tribunales británicos y establecimiento de cortes de arbitraje autóctonas para el arreglo de las controversias; 4) No presentación de candidaturas y abstención en las elecciones a los consejos locales emasculados que querían introducir los británicos; 5) Boicot a los productos extranjeros. Lo principal del programa es que marca un cambio de mentalidad. Hasta entonces el Congreso se había limitado a formular resoluciones con la esperanza de que los británicos hicieran algo al respecto. Con Gandhi, los miembros del Congreso han dejado de confiar en los británicos y en esperar que la libertad les llegue por medio de concesiones que gradualmente les vayan otorgando graciosamente los británicos. Ahora verán la libertad como un derecho que les corresponde y que tienen que conquistar por sí mismos. Los estatutos del Congreso fueron cambiados en consonancia con esto y ahora dirán: “El objetivo del Congreso Nacional Indio es el logro del autogobierno [swaraj] por el pueblo de la India por todos los medios legítimos y pacíficos.”
Gandhi convirtió lo que había sido un partido elitista de intelectuales en un partido de masas. Además le dotó de una clara conciencia social; debía preocuparse también por la suerte de los excluidos, tratar de incluir a los parias. Gandhi dio a la lucha política un sesgo educativo. Se trataba de luchar por la independencia al tiempo que se educaba a las masas y se fomentaba la transformación interior. En Gandhi, el activista político a menudo se entremezcla con el maestro religioso.
Los siguientes años verían algunas disputas en el seno del Congreso más sobre cuestiones de táctica que sobre el objetivo último que cada vez era más la independencia. La principal disputa se refería a si se debía entrar en los consejos legislativos o si se debían boicotear como venía defendiendo Gandhi. Chittaranjan Das, Motilal Nehru y otros que abogaban por entrar en los consejos para dinamitarlos desde dentro acabaron formando en 1922 el Partido del Congreso Swarajya, que dos años más tarde se reintegraría en su seno, después de que se hubiera alcanzado un acuerdo por el cual ambas tácticas, la integracionista y la boicoteadora, se seguirían al mismo tiempo.