Revista Opinión

El percal socialista

Publicado el 16 junio 2014 por Jcromero

Pertenezco a esos votantes que, en su día, entendieron la utilidad del pacto constitucional pero que hoy desaprueban que dicho pacto, como los yogures de Cañete, carezca de fecha de caducidad. Con el último servicio a la corona, Rubalcaba pasa a mejor vida y el PSOE deja de ser referencia para buena parte de su propio electorado. 

La coronación del nuevo rey es el colofón a la actual legislatura. El Gobierno se resistirá, pero todo parece indicar que un nuevo periodo se inicia. Si el pueblo soberano nunca fue preguntado para elegir a la más alta representación del Estado, debe ser llamado a consultas para decidir quiénes serán sus nuevos representantes. Las circunstancias por las que atraviesa el país; la sospecha de estar en manos de unos tipos salpicados por la mancha indeleble de la corrupción, lo perjudicial e injustas de sus decisiones y lo expresado en las urnas en las recientes Elecciones Europeas, así lo aconsejan. Si tuvieran vergüenza política, lo harían. No lo harán.

Temen que el pueblo despierte del letargo. La democracia se fundamenta en la posibilidad que tienen los ciudadanos para elegir a sus representantes. Cuando los elegidos no actúan como representantes de quienes les han votado, puede suceder que se abra una brecha de indiferencia entre representados y representantes o que se articule una revuelta democrática para poner al ciudadano en el epicentro de las decisiones políticas. Mientras que una parte del electorado se ha decantado por refugiarse en el pesimismo inmovilista y, para satisfacción de Rajoy, no hace nada; otra parte ha pasado de internet, plazas y calles, directamente a las urnas.

¿Habrá diferencias entre la actual y moribunda representación y la que salga en la próxima convocatoria electoral? Necesariamente, sí. La irrupción de Podemos, de momento, revoluciona las expectativas. Se sabe que la circunscripción provincial y los filtros de la ley electoral benefician a las opciones mayoritarias. Pero, ¿será Podemos un grupo minoritario o dará un zarpazo electoral en toda regla hasta convertirse en una de las fuerzas beneficiadas por un sistema injusto?

La zona izquierda del nuevo hemiciclo será muy diferente y la más numerosa: PSOE, Podemos e IU, entre otros, se repartirán la mayoría de los escaños. Izquierda Unida puede que sume algún diputado más de los actuales, pero será arrasada por la marea de Podemos que arrastrará un buen puñado de votos socialistas desencantados, cansados y convencidos de que esa formación ya recibió más confianza de la que merecía.

En la actual circunstancia el PSOE, como el lince ibérico, está en peligro de extinción. El PSOE parece recorrer el mismo camino que el PSC. O despierta, volviendo a sus electores, o será sustituido por otra formación que sin hipotecas es capaz  de conectar con las aspiraciones de un electorado que ha sido maltratado, abandonado y que no ven al PSOE, en palabras de Alberto Sotillos, como la herramienta de cambio social en manos de la ciudadanía. Ahora, cuando tratan de abrir un proceso para la elección de un nuevo secretario general, no estaría mal que aspirantes y electores repasaran su historia; la más reciente y la más antigua. En los orígenes de esta formación política, alguien arengó a sus compañeros incitándoles a elegir entre los mejores para luego vigilarlos como si fueran delincuentes. No era adivino aquel viejo socialista, pero no se puede decir que no conocía el percal socialista.

Es lunes, escucho música:

 


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