A lo largo de millones de años ella ha operado sobre la faz de la Tierra. No vemos cómo actúa. No podemos ser testigos de ello, ya que la evolución opera en períodos de tiempo enormemente extensos. Sin embargo, ocurre. Producto de su accionar, maravillosas criaturas existen hoy en el Planeta, algunas de las cuales podríamos considerar como “errores” o “incoherencias”, según nuestra forma de explicar las cosas. Aves que no vuelan, anfibios con branquias para toda la vida, ballenas con colmillos, entre tantas otras. Dentro de este grupo está nuestro protagonista de hoy: un pez que “camina” sobre el fondo marino.
Caminando por el mar…
Brachionichthys hirsutus. Fuente: Rick Stuart-Smith / Reef Life Survey -Fishes of Australia.
Se trata de Brachionichthys hirsutus, el pez manchado con “manos” – del inglés spotted handfish-, que posee un patrón natural de manchas o rayas y dos pares de aletas con forma de “manos” (ventrales y pectorales) que le permiten desplazarse por el fondo marino en busca de presas como gusanos y crustáceos.
B. hirsutus, al igual que otros peces también nada, y para ello utiliza las aletas impares o ‘medias’ como la caudal y la anal. Dentro del mismo género, Brachionichthys, se estima la existencia de al menos 8 especies, de las cuales solo 5 han sido descriptas.
Con tan solo 10 a 15 cm de longitud, este particular pez marino es una especie bentónica que habita los fondos arenosos y limosos en profundidades de entre 1 y 60 metros. Es endémico de los estuarios del sudeste de Australia y de las aguas de Tasmania. Y si bien hoy solo habita estos lugares, se piensa que hace 50 millones de años “caminaba” en todos los océanos del mundo.
En referencia a sus relaciones de parentesco o filogenia, este pez pertenece al orden de los Lophiiformes, dentro del que se encuentran también los rapes (anglerfishes). Este orden es conocido por su característico método predador. Sus miembros poseen una punta carnosa o apéndice en la cabeza que utilizan para atraer a sus presas, a modo de señuelo.
¿Pariente del antecesor de los tetrápodos?
Se piensa que los tetrápodos, o animales vertebrados con cuatro extremidades, no poblaron la superficie terrestre desde los orígenes. Fue recién hace aproximadamente 370 millones de años que aparecieron sobre ella. Antes de esto, la vida animal era exclusivamente acuática. La conquista del medio terrestre es un hito en la historia evolutiva de los organismos, mediada, entre otras cuestiones, por la aparición de extremidades. Los registros fósiles sugieren que las extremidades evolucionaron a partir de las aletas de los peces en un proceso secuencial de transformación de estructuras, donde las aletas se habrían transformado paulatinamente en extremidades.
Al ver a este particular animal, uno podría pensar que se trata de un pariente lejano de aquel pez que abandonó las aguas… Sin embargo, esto no parece ser así. Según un gran número de investigaciones, los rizodontes, un grupo muy grande de peces, miembros del grupo de peces de aletas lobuladas (sarcopterigios), serían los antecesores de los tetrápodos, y los “handfishes” o peces con manos, no estarían emparentados con ellos. Filogenéticamente, los miembros del género Brachionichthys se encuentran muy alejados de los sarcopterigios, perteneciendo a la otra gran rama evolutiva de los peces, los actinopterigios. Por lo tanto y según lo que se conoce hasta ahora, los protagonistas de esta curiosidad biológica, no podrían ser parientes del antecesor de los tetrápodos.
Hábitos reproductivos muy particulares
Brachionichthys Hirsutus. Fuente: Australian National Fish Collection, CSIRO.
En comparación con muchas otras especies, la hembra del pez manchado produce un número relativamente pequeño de huevos; alrededor de 80 a 250, y suele colocarlos como una masa interconectada alrededor de estructuras semirrígidas unidas al fondo del mar, como los tallos de ascidias (unos animales fijos al fondo parecidos a las esponjas). Luego del cortejo con el macho y la fecundación, las hembras permanecen junto a los huevos a modo de guardianas durante siete a ocho semanas, hasta que se produce la eclosión de los juveniles.
A diferencia de la mayoría de los peces marinos, estos peces carecen de una etapa larval y los organismos eclosionan como juveniles totalmente formados. Después de la eclosión, los juveniles se mueven al fondo del mar y se mantienen dentro de un área relativamente pequeña durante toda su vida. Esto tiene dos importantes consecuencias. En primer lugar, las colonias pueden ser relativamente aisladas (es decir, la mezcla entre ellos está restringida), así, una reducción en el éxito del desove puede afectar gravemente a una colonia. Y en segundo lugar, la capacidad del “handfish” para recolonizar zonas de las que ha sido desplazado es muy baja.
Varias de sus particularidades los ha puesto en grave peligro de extinción
Brachionichthys hirsutus es uno de los peces marinos más amenazado a nivel mundial. Su estado es crítico y se encuentra en la lista roja de especies amenazadas según la IUCN. Se estima que su situación podría deberse a múltiples causas entre las que se destaca la introducción de la estrella de mar del Pacífico Norte (Asterias amurensis) a Tasmania. Estas estrellas son depredadores voraces de los mariscos y se piensa que también pueden comer los huevos de B. hirsutus o las ascidias donde se depositan los huevos, dejando a estos peces sin un sustrato donde reproducirse. Así mismo, el deterioro de los hábitats costeros debido al desarrollo, también puede estar involucrado en la disminución del número de ejemplares de esta especie. Y en la actualidad, los investigadores estiman una población mundial de alrededor de 2000-3000 ejemplares. Desafortunadamente, algunas de las poblaciones son tan aisladas que es imposible que sin intervención humana puedan mezclarse con las demás.
Desde fines de los años ’90 y debido a los escasos reportes de estos ejemplares, el gobierno australiano puso en marcha varios proyectos para intentar recuperar las poblaciones. Según investigadores de la Comunidad para la Ciencia y la Investigación Industrial (Commonwealth Scientific & Industrial Research Organization -CSIRO-), si no se toman medidas urgentes para su protección, este particular pez “va camino” a la extinción. La investigación acerca de las poblaciones salvajes y el desarrollo de técnicas para su reproducción en cautiverio son fundamentales para poder evitar la extinción de la especie.
Lo que no se conoce, no puede protegerse. Conociéndolo, colaboramos en su protección.
Te dejamos un link a un maravilloso video para que puedas observar como este pequeño animal se desplaza por el fondo del mar. Para verlo solo tienes que pinchar sobre la imagen.
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Bibliografía consultada:
Dianne J. Bray, 2011, Spotted Handfish, Brachionichthys hirsutus. Fishes of Australia.
Australian Goverment – Department of Sustainability, Environment, Water, Population and Communities - SPRAT-
Tree of Life Brachionichthyidae. Handfishes, warty anglerfishes. Theodore W. Pietsch.