– Marina Muñoz Cervera –
5 billones de trozos de plástico flotan en nuestros océanos en la actualidad.
Esta escalofriante cifra pone en peligro los ecosistemas marinos planteando un impacto potencial en una cadena alimentaria que va desde el plancton, al marisco, salmón, atún, las ballenas, etc.
Dependemos de la biodiversidad para mantenernos vivos y sanos y los océanos son una fuente muy valiosa de nutrientes para nosotros, ya que gracias a sus especies, gozamos de una alimentación variada y nutritiva.
Consecuencias de la presencia de plásticos en la vida marina.
La OMS nos dice que los peces que se comen el plástico sufren toxicidades hepáticas y alteraciones metabólicas.
Las tortugas marinas que ingieren bolsas mueren porque su digestión se paraliza y al descomponerse los alimentos se transforman en gas, que les obliga a flotar, sufriendo deshidratación y quemaduras solares.
Los residuos de plástico que flotan en las aguas son consumidos incluso por el plancton, pero aún se desconoce cuánta basura absorben los ecosistemas marinos silvestres ni si los productos tóxicos de este material perduran en el tiempo.
La mayor concentración de plásticos se encuentra en las costas donde las poblaciones de peces son más numerosas.
¿Qué son los microplásticos?
Los microplásticos son partículas de menos de 5 mm de diámetro utilizadas por la industria en productos cosméticos, geles de ducha, también como gránulos de resina, etc.
La procedencia de los microplásticos que hay en los océanos es la siguiente:
– Deterioro de fragmentos de plástico de gran tamaño.
– Liberación de micropartículas a los cursos de agua de forma directa y a través del tratamiento de aguas residuales.
– Pérdida accidental de materias primas industriales durante el transporte o trasbordo por mar o cursos de aguas superficiales.
– Vertido de aguas residuales.
Estos microplásticos son consumidos por las especies de peces que viven en las profundidades y que salen por el día a la superficie para alimentarse, por lo que podrían estar ya incluidos en la cadena alimentaria humana sin que se conozca el efecto que tienen sobre las poblaciones.
En las orillas, gracias al oleaje y a los rayos del sol, los microplásticos podrían degradarse, pero en las profundidades de los océanos se detiene este proceso.
¿Cómo podemos ayudar?
Aunque en algunos lugares del mundo ya existen plásticos biodegradables, en otros, las bolsas de este material invaden los ecosistemas.
Nosotros podemos saber lo que está ocurriendo para hacer hincapié en la necesidad del reciclaje auténtico del material de plástico que utilizamos en nuestros hogares. Pero además, podríamos contribuir de las siguientes formas:
– Utilizando los dispensadores de basura adecuados si existen.
– No dejando en lagos, ríos o en la playa las bolsas que ya no utilicemos, podemos guardarlas para desecharlas en los lugares apropiados.
– Reutilizando los envases y botellas de plástico.
– Guardando los alimentos en recipiente no desechables.
– Utilizando bolsas de tela para transportar nuestras compras.
– Consumiendo bebidas en envases de vidrio, preferentemente.
– Utilizando las posibilidades de reciclaje que existan en nuestra población.
El plástico es un material que el planeta no puede digerir y de la salud de nuestro planeta depende la nuestra.
Fuentes:
– Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. FAO. “Los desechos de plástico invaden nuestros océanos”. Roma, 11 de agosto de 2015.
http://www.fao.org/news/story/es/item/319970/icode/
– Dra. Maria Neira, Directora del Departamento de Salud Pública y Determinantes Medioambientales y Sociales de la Salud. “Nuestras vidas dependen de la salud del planeta”. OMS Centro de Prensa. 3 de junio de 2015.
http://www.who.int/mediacentre/commentaries/healthy-planet/es/
– Green Facts. “Basura Marina”.
http://www.greenfacts.org/es/basura-marina/
– National Geographic. “10 cosas que puedes hacer para salvar los océanos”.
http://www.nationalgeographic.es/el-oceano/10-cosas-que-puedes-hacer-para-salvar-los-ocanos
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