A lo mejor ábrase la florantes del término del tiempo,y respiremos todos el aireembalsamado de su vientre,con un regocijo de órnitosen vuelo por las sementeras,o de célibes en el haremde vírgenes enardecidas,
a lo mejor da frutos el huerto
en la próxima temporada,y cortemos el pecíoloen la madurez de los senos,despojándonos de máculaen la penosa virilidad,en su sazón el macho cabríocon su atributo de zángano,o se desmorone el alcázarbajo el peso de los vínculos,de tanto entrecruce de alasfatigadas merodeándose,justamente cuando las puertasatiborradas de prófugos,y en su lecho la abeja madredetenida en su parto ritual.Ulises Varsovia