Revista Expatriados
La gente no decide su voto en función de consideraciones internacionales. Les importa si hay paro, si hay terrorismo o si el candidato les cae simpático. Sobre todo les importa lo tercero. Por eso los estrategas de Rajoy se echaron las manos a la cabeza al ver que tenían que defender a un candidato con barba, que al parecer eso desmerece mucho en las intenciones de voto. Menos mal que Rubalcaba también la tiene. Un problema menos.
Dado que al votante medio lo internacional se la suda, lo lógico sería que los partidos no hicieran referencia en sus programas electorales a lo que pretenden hacer en política exterior. Menos mentiras y exageraciones que contar. Pero no, resulta que la ciudadanía piensa que los partidos son como los padres, que tienen que saber de todo, así que los pobres políticos se ven obligados a meter como de rondón al final de sus programas unas cuantas páginas sobre la acción internacional que van a desplegar si resultan elegidos.
Me imagino que redactar esa parte del programa no será demasiado difícil. Todo estriba en escribir cuatro obviedades del tipo de “la UE es cojonuda” y “tenemos vínculos históricos con Iberoamérica” y evitar unas cuantas frases pierde-votos del tipo “enviaremos la cabra de la Legión a defender a Bashir el-Assad de sus ciudadanos” o “no nos meteremos con los paraísos fiscales, que no queremos quedarnos sin un lugar en el que guardar los ahorros.” A fin de cuentas, nadie se lee esa parte de los programas electorales, aparte de algún elefante aburrido e interesado en temas asiáticos.
Tenía tanto tiempo entre las manos que me he puesto a leer lo que el PP y el PSOE harán a propósito de Asia si llegan al poder. Es tan poco, que enseguida he terminado de leerlo y he vuelto a encontrarme con un montón de tiempo entre las manos. Así que, para no aburrirme, me he puesto a escribir lo que me han sugerido.
El PP empieza bien. El apartado de propuestas internacionales se titula “Política europea y proyección exterior”. ¿Significa eso que la política exterior será un mero apéndice de la política con la UE? Da la impresión de que algo de eso hay y que la política exterior del PP podría acabar siendo fagocitada por lo europeo, algo (la fagocitación) que ha ocurrido en muchísimos otros campos. El programa dice: “La Unión Europea es la vocación del Partido Popular. Es el escenario principal en el que se determinan los aspectos más importantes para nuestro presente y nuestro futuro.” Totalmente de acuerdo, pero yo quitaría lo de “vocación”. “Vocación” implica un grado de pasión y entusiasmo que no estoy seguro que muchos sientan por la UE a estas alturas del partido. Sería más realista decir que “La Unión Europea es como las almorranas para el Partido Popular, algo incómodo que no puedes descuidar.”
El programa también señala otras áreas de interés para España: la Comunidad Iberoamericana y la dimensión mediterránea. ¿Y Asia? Casi al final del programa, cuando ya empezaba a desesperar, me encuentro con la siguiente frase: “Aceleraremos nuestra implantación en los mercados y sociedades de Asia. Impulsaremos las relaciones económicas con China.” Verde y con asas: Asia nos interesa porque económicamente va para arriba y más allá de ayudar a que nuestras empresas puedan vender escobas allí, no tenemos otros planes. Es más la mención singular a China indica a intención de perseverar en un error muy común en España, sobre todo en el mundo empresarial: pensar que Asia se reduce a China.
Hay un párrafo del programa que me ha llamado la atención: “la globalización está transformando el papel de Iberoamérica. El Pacífico es una región de intenso crecimiento económico y los países Iberoamericanos son socios estratégicos para que España pueda participar en esta expansión.” Hace años oí a algunos neoarbitristas avanzar la idea de la triangulación. España serviría de puente entre Iberoamérica y Asia. Hoy nuestras aspiraciones son más modestas y posiblemente más realistas: que los hermanos iberoamericanos nos echen una manita para entrar en los mercados pacíficos. Porque, por cierto, por si no había quedado claro, la propuesta del PP para Asia es simplemente vender escobas allí.
Se podrán criticar cosas del programa electoral del PP, pero al menos su lenguaje es claro. El programa del PSOE lo he tenido que leer lo menos tres veces para enterarme de algo. Si le quito el buenismo las obviedades y los palabros del tipo “sinergia”, se me queda reducido a tres páginas. Un botón de muestra: “Si hoy en día ningún país puede afrontar por sí solo los grandes retos globales y todo lo que ocurre fuera de nuestras fronteras tiene una repercusión en su interior, el diseño de la política exterior y la visión del mundo que queremos cobran más importancia que nunca. Los socialistas impulsaremos una política exterior integral, que maximice las sinergias con otras políticas nacionales y aglutine toda la capacidad de los distintos actores de la sociedad civil implicados, para multiplicar así nuestra proyección en el mundo.”
El PSOE le dedica un párrafo entero a Asia-Pacífico, que ya es mucho. “Reafirmamos nuestro compromiso a favor de seguir aumentando nuestra presencia en Asia-Pacífico, sobre todo en los terrenos económico, comercial y cultural. En el caso concreto de China, que es ya la segunda potencia mundial en términos de PIB, trabajaremos para seguir aumentando la presencia empresarial española y el acceso de nuestros productos, así como el desarrollo del gran potencial que el país -y el conjunto de la región- representa para nuestra industria turística, en línea con los esfuerzos en marcha para equilibrar la balanza comercial.” Nótese que entre los terrenos en los que hay que aumentar nuestra presencia menciona el cultural, pero en el resto del párrafo, todo es hablar de PIB, acceso a nuestros productos y balanza comercial. ¿Ha quedado claro qué es lo importa? Diferencias de lenguaje aparte, no veo que la política que el PSOE propone en Asia varíe de la del PP: vender escobas en Asia.