Revista Cultura y Ocio
Leo, veo u oigo, no recuerdo, la noticia de que una a empresa organiza viajes al espacio por el módico precio de 74.000 euros. supongo que es un precio individual, no para la familia entera. Pero es igual, para el caso tanto da. Y se reabre en mi mismidad el manido debate del precio del dinero y de darle a tal elemento la importancia que tiene.
Mi sueño siempre ha sido tener suficiente dinero para que éste no sea una preocupación. Pero supongo que tal postulado es quimérico, pues dicen que es adictivo y cuanto más tienes más quieres y más esclavo de él te conviertes.
En fin, supongo que será la sociedad que nos ha educado así.
No caeré en la sencilla sentencia de condenar a la gente que tiene mucho dinero por el simple motivo de poseerlo. Al contrario, felicidades a quien tenga tal suerte. Si puede comprar y disfrutar de una vivienda veinte veces mejor que la mía, pues enhorabuena. Si puede comprarse un vehículo que tenga veinte prestaciones más que el mío, pues felicitaciones. Y si puede disfrutar de un viaje veinte mejor al que yo pueda realizar, pues que lo disfrute...
Lo importante, tengas o no dinero, es darle la importancia que tiene (dejemos el debate altruista aparte) y no hacer opulencia del mismo ni sentirse superior ni inferior a nadie a causa de él. Reconozco que es difícil porque la sociedad ya se ocupa que el que tenga muchos posibles, los muestre, que se sienta en un estrato superior a los demás, y sobre todo, que los haga circular.
Y es por ello que cuando veo noticias de este tipo y que entrevistan al primer cliente de tan "apetitosa oferta comercial" no puede evitar tener la sensación de que si por tal precio le ofertaran ver un maravilloso amanecer en cualquier idílico lugar lo compraría al momento y desecharía el viaje espacial si fuera gratis o estuviera al alcance de "cualquiera"
Pero claro como los amaneceres son gratis y no te entrevistan por la tele cuando disfrutas de uno de ellos pues nada a gastarse 74.000 euros y a ser alguien "exclusivo".
Yo por mi parte seguiré disfrutando los bellos amaneceres y puestas de sol de nuestro planeta que además de ser gratis (de momento) son de una belleza sin parangón.