El Tortell de Reis es el primer dulce tradicional del año. Después de los turrones, las neulas o los polvorones, parece que no nos ha parecido suficiente y a la que pasan 5 días, volvemos al goloso ataque con este roscón.
La previsión del Gremi de Pastisseria de Barcelona para este año es positiva, intuyendo que el consumo crecerá alrededor de un 3% respecto al año pasado. Hablamos, eso sí, del Tortell de Reis artesanal que, al parecer, vuelve a ganar terreno poco a poco. Para distinguirlo del industrial, podemos aplicar las mismas premisas que en el resto de elaboraciones pasteleras de las que os hemos hablado en otras ocasiones. Nada de conservantes ni colorantes y, en consecuencia, para más garantía hecho la misma Noche de Reyes. No llevarán conservantes E200, E202, E220 ni colorantes E100, E127, E131, E133, E161b. Si podemos ver su composición e identificamos estos componentes, será una ayuda para distinguir los industriales. Otra de las características de El Tortell de Reis artesanal también derivada del trabajo que conlleva, es lógicamente su precio, que ronda entre los 25-30 Euros para 4-6 personas.
Normalmente, es elaborado con masa madre y mazapán y necesita una dedicación de varias horas, unas 6 aproximadamente, entre fermentación y horneado.
Así como turrones, cocas de Sant Joan o panallets nos sorprenden cada año con nuevos sabores, no lo hace el Tortell de Reis. Es un dulce bastante respetado en lo que a sabores se refiere. Es cierto que se han ido adaptando a las nuevas demandas de los consumidores, sobre todo en el tamaño, pero no en el sabor.
Excepto el ganador del Mejor Panettone Yann Duytsche que ha sido más atrevido y ofrece roscones con chantilly, chocolate con leche, compota de manzana verde, mazapán con chocolate, orejones y trocitos de gianduja. Incluso va más algo más allá y le da forma de Tortell de Reis al dulce con el que ganó el premio. Utiliza la masa del panettone, y moldeándola en forma de corona la rellena con chocolate blanco con muscovado y albaricoque.
El origen de la tradición del Tortell de Reis está claro que es religioso y se hace para conmemorar la celebración de los honores que en su día los Reyes de Oriente hicieron en Belén. Pero, al parecer, esta fiesta se celebraba ya por los romanos como fiesta de invierno en las que tomaban cocas con frutos como dátiles o higos. Más tarde, hacia el S. III se introdujo el haba y en Francia, en el siglo XVIII y para sorprender a un rey, un cocinero introdujo una monera de oro.
Nunca sabremos realmente si estas celebraciones han derivado en lo que hoy es la tradición de el haba y la corona. Pero ya sabéis que, quién al morder encuentra algo duro tiene que descubrir si le tocará pagar el Tortell el año que viene o se convertirá en monarca por un día. Y es que nos gusta el folclore como a nadie.
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