Como todo gobierno degenerado, la cleptocracia catalana que sufren en primer lugar los catalanes y en segundo lugar el resto de españoles, se otorga a sí misma un poder que hace aparecer de la nada. No hay aquí un estado del Antiguo Régimen que dé lugar a un estado nacional, ni tampoco existe aquí la legitimidad que da una victoria por las armas. Se trata de crear una nueva legitimidad que aparece de la nada, de la noche al día. Solamente recuerdo un precedente en la historia de España en que haya ocurrido algo parecido: abril de 1936. La destitución de Alcalá Zamora supone que las Cortes —salidas de unas elecciones en febrero en las que no se acabaron de contar los votos ni hubo segunda vuelta— se ponen por encima del presidente de la república, otorgándose a sí mismas un poder al margen de la Constitución. Por supuesto que el Frente Popular en aquella época explica sus motivos y sus argumentos... a los suyos, y pasó del resto. La quiebra del país era evidente. A mi el episodio me recuerda un poco a cuando Garzón "se ofrece" para "derrotar a la derecha" o lo que es lo mismo, para derrotar a medio país. Ay, Garzón, con lo bueno que eras metiendo a narcos en el trullo.
Esa mirada de padre de la patria. Ese regocijo interior. Esa pequeña mancha en los calzoncillos.
El caso es que unos tipos en un sótano oscuro de Barcelona han decidido que tienen poder para ciscarse en la Constitución. No para promover su cambio, no para poner sobre la mesa su posición política. Para ciscarse en la Constitución. Como un niño al que se malcría, dejando hacer lo que quiera, cada vez parece más normal ciscarse en la Constitución. Por supuesto que ahora señalo a los poderes constitucionales. Entiendo que el purismo jurídico no tenga herramientas para enfrentar las bravuconadas. Pero me llama la atención que no haya una respuesta política por parte de alguna autoridad del estado.Miento, sí hubo una. Hace poco el Congreso aprobó una moción en la que se subraya la vigencia de la Constitución y de la soberanía nacional. Esa moción que salió de UPyD y que evidenció la desaparición del PSOE en Cataluña. El problema que le veo a esto es que nos hemos parado más en analizar la quiebra del PSOE que en analizar el concepto de soberanía nacional. Yo no entiendo cómo el gobierno tiene media docena de televisiones y no las usa, al menos, para dar a conocer una Constitución que la mitad de los españoles no sabe ni que existe (ver CIS). Es decir, si esto es un pulso entre Estado y secesionistas, el Estado no parece que esté por la labor de jugar. Esta desidia es asombrosa. Yo entiendo que cualquier cosa que diga un ministro o el presidente sea gasolina para los fornicadores de banderas y que rebajarse a tomar como interlocutor a quien está deseando ser considerado interlocutor es bailarle el agua. Pero mira que no habrá recorrido para que de forma indirecta se les bajen los humos. Es decir, la estrategia del gobierno no puede ser dejarlo todo en manos de la meritoria serie "Isabel". Algo más tiene que haber.
Y sin embargo no lo hay. Por no haber, ni hay un desarrollo del famoso artículo 155 de la Constitución que habla de intervenir una comunidad autónoma. No existe el mecanismo legal para que el estado disuelva un parlamento autonómico. Confieso que de estar en un país normal no quisiera que existiera ese mecanismo. Pero esta situación es muy anormal y solamente veo la Ley Orgánica 4/1981 de 1 de junio de los estados de alarma, excepción y sitio como amparo jurídico en este tema. Claro que un estado de excepción —en el que ni siquiera toda la actividad autonómica deje de funcionar— crea un nuevo problema con el día después. El enroque.
Siendo así las cosas, es mucho más entretenido ver lo que hacen los golpistas (así es como les llama Francisco Vázquez, ex-alcalde socialista de La Coruña). Por ejemplo, en el referendum que planean, quieren que voten los inmigrantes, los adolescentes y millones de bots por internet. Ante esto no puedo sino quitarme el sombrero. Cuando preguntas a la gente con el objetivo de que te den la razón (en serio, las urnas del referendum las van a poner ERC y CiU, que parece que ahora son la autoridad electoral porque sí), no escatimas en triquiñuelas.
El papel lo aguanta todo, pero la prosa de la realidad es más compleja. En el momento en que un ayuntamiento no deje usar un espacio público para poner urnas, los secesionistas tendrán que ponerlas en la sala de estar de alguien. ¿Que esto no da garantías? ¡Qué más da! Sépase que los procesos internacionales en los que se basan los asesores de la Generalitat (Pilar Rahola, lol) son Eritrea y Sudán del Sur.
Es complicado y entiendo que hay que andarse con tiento, pero insisto en que no debe dejarse todo para el último día. El Parlamento de Cataluña puede aprobar una ley de consultas en la que hable de preguntar a la gente cosas y eso es legal. La Generalitat puede organizar una consulta no vinculante sobre una cosa y la organización será legal. Tan sólo en el momento último en que alguien diga una palabra mágica podrá actuar el cuartelillo más cercano de los Mossos (que no dejan de ser un cuerpo policial del estado). Esto todo el mundo lo sabe (bueno, menos la mitad de la población, que no sabe ni que existe la Constitución) y por tanto dudo que se llegue a este punto. Supongo que al final todo quedará en una declaración de intenciones, quizás en una propuesta de modificación del estatuto de autonomía (cambiarle el nombre a la comunidad autónoma por "Tecnoprotectorado de Cataluña" o "Tetrarquía Máxima Catalana", si quieren nombres molones, que me pregunten). Claro que eso sería continuar tensando la cuerda hasta el infinito y con una ERC tan abiertamente secesionista y adolescente como primera fuerza política, en algún momento alguien va a acabar en la cárcel. Y vuelta la burra al trigo.
Deje ese ridículo puesto de cacahuetes y le doy un buen empleo en el gobierno