Que es la civilización del progreso.
La civilización del progreso es la estructura de valores que ha dominado a prácticamente todo el mundo en los últimos 30 años, en general, y a occidente desde los últimos 100, en particular, se caracteriza por su culto a la evolución y también al cambio, desde un principio, meramente, utilitario omitiendo al bien o considerándolo intercambiable a lo útil o a cualquier otra noción, como la libertad.
La civilización del progreso incluye tanto tesis comunistas como capitalistas. A partir de esto es que también podemos establecer una sola génesis para el marxismo y el liberalismo, además de la que establecimos previamente en este otro artículo.
La civilización del progreso hunde sus raíces en el protestantismo, con los descubrimientos de Galileo y también en el naciente interés por las civilizaciones clásicas, el hombre pasa a ser el centro. A esta época, la conocemos como la modernidad.
Aunque no podemos decir que la modernidad, época donde nace la civilización del progreso, tiene, exclusivamente, orígenes protestantes, y en general adversarios del catolicismo;allí están los Jesuitas, una versión moderna dentro del catolicismo. El desarrollo científico y en general el pensamiento crítico tuvieron allí un desenvolvimiento más fluído que el católico, debido, principalmente, a que este siempre primó el estudio teológico, y también porque se encontraba en crisis de credibilidad, desde la reforma protestante y las guerras de religión, por un lado, y a Galileo y posteriores descubrimientos, por otro.
El protestantismo ya instituido posibilita el movimiento de los libre pensadores, el desarrollo del método científico a partir de Galileo permite el control de la naturaleza y el culto al hombre el desarrollo de la autonomía, todo esto en síntesis da pie a la ilustración, y a un nuevo principio de conocer y entender la realidad, desde la invidualidad, la irreligiosidad y lo tangible, dando pie a un modelo, completamente, nuevo de universidad, la humboldtiana o alemana.
El postmodernismo
Sin embargo, a partir de los años 70's del siglo pasado, la civilización del progreso - , al menos en la versión de grandes discursos o tesis, empezó a quedar desplazado.
Antes de seguir avanzado, es importante señalar la diferencia entre el progreso moderno y el progreso postmoderno. Mientras el primero pone énfasis en la cultura de la razón, la segunda pone énfasis en la cultura del sujeto, del individuo. Sin embargo, ambos tienen como elemento principal al progreso sin Dios, uno a través de la razón y el otro a través de la experiencia del sujeto.
La posmodernidad es un giro de la racionalidad al subjetivismo, de lo general a lo particular y de lo abstraído a lo concreto. De esta forma el progreso en la posmodernidad va deslizándose más hacia un simple cambio que no necesariamente atiende a un desarrollo.
Producto del descrédito moral, así como la modernidad nace de las guerras de religión, la posmodernidad nace las guerras mundiales.
El progreso vs el bien
Como ya mencionamos, anteriormente, lo que importa desde la modernidad es el progreso, sobretodo, cuantitativo, o, el cambio evidente, si hablamos de posmodernidad. Aunque no lo oponen al bien ,por lo general, es una idea que se omite como si fuera ya algo dado y no necesitara de mayor reflexión. En el mejor de los casos, el bien es algo que ha quedado en las normas sociales, pero en el peor es un tema privado que debe quedar limitado al entendimiento de cada individuo.
A este respecto, no podemos decir que el bien es algo ya dado, contenido en las tradiciones y tampoco es sinónimo de utilidad, por otro lado, sí podemos afirmar que tiene existencia independiente del sujeto y es, además, el objeto esencial de su voluntad. Al sujeto le interesa lo útil en cuanto funciona para obtener el bien. La efectividad de cualquier cosa, esto es, su utilidad, tiene valor en cuanto nos sirve para progresar en nuestra obtención del bien, más y mejor bien.
Cualquier progreso sin meta al bien, puede convertirse en un contra progreso que lleva al envilecimiento del ser humano, ya que el bien y sólo el bien puede garantizar el mejoramiento del ser humano. Por eso, nunca debemos asumir el vínculo del bien con todo problema por resolver, mas al contrario, debemos analizar el problema en cuanto bueno y acorde a nuestra comunión con Dios, porque todo - sobre-progreso económico, desvinculado del bien puede llegar tanto a la la plutocracia como a la distribución de la pobreza, todo - sobre-progreso en la seguridad puede llevar a la opresión, etc..
El bien es Dios
Si pensamos en el bien más ulterior, lo bueno de lo bueno, allí donde ya no se puede encontrar nada mejor, considerando que es este el que forma nuestras normas y atrae nuestras voluntades, se convierte en nuestro Dios, el bien es un Dios.
Como he mencionado, anteriormente, el bien no está por dado en nosotros ni en ninguna de nuestras manifestaciones, y es nuestro deber mantenernos al tanto y profundizar los estudios que nos permita conocer y entender más de aquel bien último y máximo, de tal forma que sea esto lo que condicione todos los demás objetos de nuestra voluntad.
Conclusiones
El gran problema de la modernidad que incluye tanto al progresismo como al progresismo post moderno radica en su escandalosa omisión del bien, y que consideramos como el elemento esencial de toda civilización que busque el progreso auténtico, de hecho, al omitir el bien o intercambiarlo por otras nociones como el de la utilidad, la libertad, la igualdad, la patria, etc, se crearon nuevas civilizaciones que en un momento dado se convertirán contra el hombre mismo.
La humanidad tiene que volver al bien y esto empieza reintroduciéndolo en los grandes debates de la problemática social y no sólo a los grupos afines a una u otra religión, sino a cualquier persona sin importar su credo y religión.
Solo desde el principio más fundamental del propósito y existencia humanas es que podremos resolver los problemas acertadamente por sabiduría.