Revista Cultura y Ocio
Después de años queriendo ver el espectáculo y de prorrogarlo por una combinación de «es carísimo» y «me han dicho que no vale lo que cuesta» por fin me decidí a pagar el pastizal que cuesta la entrada. Y tiré la casa por la ventana, ya que es caro, mejor tener vistas aceptables, así que pillé las de primer anfiteatro. No son las más caras, pero se ve de maravilla.Lo primero que me sorprendió, para mal, fue el circo que hay montado en torno al espectáculo. Todo está pensado para sacar los cuartos al espectador: desde el stand de artículos promocionales de la entrada hasta que te cobren por el programa, pasando por el hecho de que te dejan entrar una hora antes al teatro pero no a las butacas, todo para retener al público media hora junto a la zona de venta de monerías y bebidas... Eso sí, hasta en los cubos de palomitas se nota el nivel: son como de plástico, no de papel. En cuanto a las butacas, son estrechas y apenas hay espacio para las piernas, si eres patilargo como yo no puedes encontrar una pose cómoda.Pero bueno, todas estas pequeñas decepciones iniciales pasaron cuando empezó la obra. Visualmente es una auténtica pasada, con mucho movimiento y una combinación interesante de actores, juegos de luces y sombras y marionetas. Es bastante fiel a los personajes y la trama original, como mínimo se puede decir que mejoran su profundidad, lo cual es bueno. Tiene además algunas cosas que aportan respecto a la película, como chascarrillos... pero tiene una pega que puede parecer sin importancia pero que me rechinó durante todo el espectáculo: han cambiado las letras de las canciones, solo algunos trozos. Sé que es una bobada, pero cuando esperas ciertas palabras y cantan otra cosa (y más con canciones emblemáticas) es para ponerse de los nervios. Hubiera sido mejor que cambiaran todo o lo hicieran en inglés. También hubo alguna parte que se me hizo pesada, aunque en general estaba demasiado alucinada con la coreografía como para darme cuenta del paso del tiempo. En definitiva, tiene sus cosas buenas y sus cosas malas, aunque las primeras superan a las segundas. Al final, me ha dejado buen sabor de boca, aunque no sé si para volver a gastar el dineral que cuesta la entrada... Follow @DeborahFMu