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El Roca Bar, en Barcelona.

Publicado el 21 abril 2014 por Javier De Lara @FValentis

"¿Qué tal ha ido el viaje a Barcelona?"
Esto es lo que dice el mensaje de Alonso que me ha llegado ahora mismo. Acabo de llegar de la escapada a Barcelona que hemos hecho aprovechando las vacaciones y me he visto tentado a preguntarle a él qué tal le ha ido la Semana Santa, ya que hace mucho que no sé de sus desventuras, pero he pensado que era mejor quedar con él esta noche y tomarnos unas cervezas, como es habitual, así que le he escrito :
"Hola Alonso. Bien. No he parado de comer, ya me conoces. Después te cuento, si te apetece tomarte unas cañas.""¿Algún sitio que merezca la pena destacar que hayas ido? ¿Te acuerdas del Salón del Manga de Barcelona, cuando fuimos hace unos años con Álvaro? Ahí también comimos...""Cómo no acordarme... ¡Oye! ¿Por qué no llamas a Álvaro y le cuentas también tu historia? "Joder, al final lo va a saber todo el mundo. Nos va a faltar publicarlo en internet. Bueno, qué diablos, porqué no. Así le veo, que hace muchísimo que no hablo con él."
La verdad es que ha sido un gran viaje, del que hablaré en profundidad en una próxima entrada, pero, como tengo algo de tiempo antes de tomarme algo con mis amigos, os voy a hablar de uno de los sitios más especiales donde hemos comido. Se trata del Roca Bar
El Roca Bar, en Barcelona.Para los que no lo conozcáis, el Roca Bar se encuentra en el Hotel Omm, un lujoso, moderno y céntrico hotel situado en Paseo de Gracia en Barcelona. Es un bar de tapas de los hermanos Roca, propietarios y cocineros del Celler de Can Roca, considerado uno de los mejores restaurantes del mundo (de hecho ha ganado el premio a mejor restaurante del mundo en 2013 otorgado por la revista Restaurant). Es una manera excelente de probar alguna de las creaciones de los Roca en una versión más sencilla y asequible.
Como podéis ver en la carta, los platos aparentemente no tienen nada de extraordinario. Se tratan de auténticos clásicos, pero revisados y ofrecidos de una manera algo distinta. En nuestro caso nos atrevimos para comenzar con las patatas bravas, un poco de pan con tomate para acompañar y unas chips de alcachofa.
El Roca Bar, en Barcelona.El Roca Bar, en Barcelona.El Roca Bar, en Barcelona.
De todos ellos, merece la pena probar las patatas bravas, que no es que estén buenas, es que directamente son las mejores bravas que he probado nunca. Presentadas de forma espectacular en forma de tablero de patatas, dibujados los cuadrados con dos salsas, es un plato crujiente y delicioso, lleno de sabor, además de divertidísimo. El pan con tomate está servido en coca de cristal, crujiente y sabrosa como pocas. Los chips de alcachofa están ligeramente salados, pero si fuera de nuevo, pediría otra cosa, aunque hay que tener en cuenta que a mí no me gustan demasiado las alcachofas.
De plato fuerte, pedimos la Roca Burguer y dos solomillos de Gerona con mantequilla emulsionada.
El Roca Bar, en Barcelona.El Roca Bar, en Barcelona.
La carne, como era de esperar, deliciosa. Especialmente la Roca Burguer, que tenía una sala que acompañaba perfectamente. Del solomillo, especial mención al puré y a la salsa de hierbas. 
Finalmente, nos animamos con un postre para llenar el último hueco que nos quedaba. Pedimos la Créme brúleé, el sorbete de manzana verde y el coulant de chocolate.
El Roca Bar, en Barcelona.El Roca Bar, en Barcelona.El Roca Bar, en Barcelona.
Los tres postres estaban muy buenos, aunque algo más floja la Créme brúleé que no sorprendía demasiado, ni en sabor ni en presentación.
En resumen, nuestra visita al Roca Bar fue muy satisfactoria. Pudimos degustar platos muy especiales (¡qué patatas bravas!) a un precio bastante asumible (unos 35 € por cabeza, sin vino pero con postré y café, teniendo en cuenta que las bebidas son bastantes caras). Seguramente no sea un lugar para visitar asiduamente, pero al menos sí que merece, y mucho, la pena probarlo y disfrutar de algunas de las creaciones de los hermanos Roca en un entorno moderno y agradable. 

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