La verdad es que me esperaba otra cosa después de haber leído La rubia de ojos negros, en la que de modo magistral daba continuidad a las peripecias de Philip Marlowe. En esta el estilo es más pausado, casi demasiado. Se da por supuesto que está muy bien escrita, faltaría más, pero se me ha hecho lenta.
Quirke, con todo, es un personaje que promete dar mucho de sí: viudo, con problemas con la bebida, enamorado de su cuñada y con una lamentable afición por llegar al final de las cosas...