…al fin conoceremos la fórmula perfecta.
Si esperabáis algo más elaborado, pues no lo encontraréis en este post, pero ahí está la clave de todo. Escribiendo uno aprende las siguientes cosas:
- A repetir y repetir cuando uno ha escrito algo mejorable.
- A frustrarse (sí, uno tiene que aprender a frustrarse, sino te vas agobiar con cada frustración).
- A conocer mejor a las personas (para poder escribir los personajes mejor formados, más reales).
- A conocerte mejor a ti mismo, aunque no te guste.
- A estar en silencio (a eso también hay que aprender).
- Que a ellos mismos les cuesta ponerse a escribir. No es nada fácil sacar tiempo, y cuando tienes tiempo, a veces cuesta incluso sacar ganas y fuerza de voluntad. (Nuestros escritores también son personas de carne y hueso, ¿te lo puedes creer?)
- Que la única manera de romper el círculo es ponerse a escribir. Basta de excusas, basta de procrastinar, basta de no estar en el mejor momento para escribir. Cualquier momento es bueno, incluso en el tren de camino al trabajo.
Así que deja de quejarte y ponte los guantes de escritura. Dale al coco con esa idea que te ronda por la cabeza y después dale a las teclas. Y cuando hayas terminado… ¡enhorabuena! ya puedes llamarte Escritor.