Revista Psicología

El síndrome de la mano ajena

Por Somospsico

El síndrome de la mano ajena

¿Te imaginas que una de tus manos tuviese vida propia? ¿Qué ocurriría si, tras abotonar tu camisa con una mano, la otra de repente comienza a deshacer todo el trabajo? ¿Y si agredieses a alguien con ella? Este es el caso de las personas que padecen una enfermedad rara, poco común, pero que puede hacer de sus vidas un infierno. Se trata del síndrome de la mano ajena.

Este trastorno se entiende desde la neurología como resultado de una lesión del lóbulo frontal, involucrado de lleno en muchas de las funciones relacionadas con la iniciación y planificación del movimiento voluntario. La persona expresa así que la mano no le pertenece, como si no fuera propia de su cuerpo.

En los pocos casos que hay descritos, las personas que lo padecían parecían hacer cosas contradictorias, cada una con una mano, como si se tratase de una constante lucha entre dos acciones sin saber muy bien cuál querían hacer realmente. Por ello, en ocasiones se plantea que existe una competición de voluntades, un enfrentamiento entre lo consciente y lo inconsciente, entre lo que se quiere o no se quiere hacer.

Aunque parece claro que es el daño cerebral el que ocasiona el síndrome, y que áreas como el cuerpo calloso, la corteza premotora o la suplementaria están involucradas en el problema, no podemos evitar apuntar una pequeña relación hipotética entre el tipo de comportamiento que parece hacer “la mano con vida propia” y uno de los mecanismos de defensa descritos por Freud: la formación reactiva.

La formación reactiva nos habla de una forma que tenemos los humanos de defendernos ante aquellas cosas inasumibles conscientemente, las cuales reprimimos y expresamos de forma opuesta a la “real” puesto que de otro modo seríamos reprendidos por la sociedad. Es el caso de aquellos que manifiestan un afecto excesivo ante alguien cuando en verdad existe odio, de los que parecen enorgullecerse de su homofobia para ocultar su verdadera inclinación homoerótica o de las madres que sobreprotegen a sus hijos para no admitir el rechazo que sienten hacia ellos.

Aunque se trata de un tema controvertido y polémico, en SomosPsico siempre nos gusta plantear nuevas alternativas e hipótesis, sin dar una completa seguridad al respecto pero que nos sirvan para replantearnos cosas que quizá nunca nos habíamos detenido a pensar.

El caso es que en el síndrome de la mano ajena parece como si una parte de nuestro inconsciente estuviese expresando lo que realmente desea, mientras que la otra (la mano sana) ejemplificaría la censura, lo esperable, lo deseable. ¿Significa esto que las estructuras cerebrales que hemos mencionado actuarían de algún modo como una barrera, cuyo daño daría acceso a contenidos más o menos inconscientes? Desde luego, los lóbulos frontales son los más modernos filogenéticamente, de manera que sólo lo poseen los animales más complejos como los vertebrados y en especial los homínidos.

¿Estará haciendo la mano ajena lo que de verdad deseamos hacer? Ahí os dejamos la reflexión…

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foto|bigjom


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