
Decía un gran cocinero, de cuyo nombreno voy a acordarme ahora,que el sueño de su vidaprofesional seríael de cocinar para una sola mesa.
Soy muy afortunado:esta pasión mía por la escritura—y, en concreto, por la poesía—me permite hacer verdad el sueñode escribir para un solo lector: tú.