Revista Psicología

El TDAH (Parte III)

Por Centro Psiconet

Tras conocer bien este trastorno en los dos artículos anteriores, sobre qué es, que lo causa, como se mantiene… parece conveniente dar ciertas orientaciones o pautas a las personas que más están en contacto con el niño. Tanto la intervención psicológica como la farmacológica, son claves para ayudar al niño. No obstante, hay ciertas actitudes o comportamientos que los padres o profesores pueden tener en cuenta a la hora de interactuar con ellos y que harán que la convivencia o rutina sea más fácil.

Algunas de las muchas pautas que pueden funcionar, se presentan a continuación.

PAUTAS GENERALES

  • Las normas que queramos establecer han de ser claras y breves. Si es necesario, repetirlas, pero que no se alarguen porque entonces no atenderán a todo. Que estén muy bien definidas.
  • Siempre ayuda mantener contacto visual con el niño. De esta manera conseguiremos ser su foco de atención al decirle las cosas y que sea más difícil que se distraiga.
  • Intentar que no pierdan motivación, que es uno de los problemas más frecuentes dado el gran número de fracasos que experimentan. Tratar de hacer actividades divertidas y dinámicas.
  • Siempre que hagan algo bien, reforzar y premiar la conducta. De esta manera estarán más motivados de cara a repetirlas.
  • Anticipar mucho lo que va a ocurrir en el futuro. Son niños que se mueven en el presente y que cualquier cambio o improvisación les cuesta bastante asimilarlo. Por lo que en la medida que se pueda, irles comentando lo que ocurrirá en cada ocasión.

PAUTAS PARA PADRES

  • Lo primero, es aceptar que el niño tiene ciertas limitaciones, sin olvidarnos de todo lo positivo que también tiene.
  • Ante los problemas de comportamiento:
    • No hacer caso de las actitudes inadecuadas. Si se pasa mucho, podemos castigar para que la conducta no se repita. Sin embargo, está demostrado que suele ser más efectivo ignorar lo negativo y centrarnos mucho en lo positivo. Si castigamos, puede servir de orientación en cuanto al tiempo, un minuto por año que tenga el niño. De esta manera los castigos serán proporcionados.
    • También si castigamos, que sea una consecuencia inmediata. De no hacerlo así, el castigo pierde efectividad.
    • Nunca críticas, reproches… hacia el niño. Podemos criticar la conducta, pero al niño no. Si llegamos a ese punto lo único que provocará es una disminución de la autoestima, y no una reducción de la conducta.
  • Fomentar que el niño tenga una buena organización. Para ello, estructurar mucho las tareas que tiene que conseguir, ayudarles con el orden, controlar los estímulos que les rodean en cada ocasión… La rutina suele ayudarles bastante.
  • Favorecer su autonomía. Para ello, suele ser muy útil establecer un sistema de puntos, con las tareas que tiene que hacer y un objetivo que conseguir si realiza todas las tareas acordadas.

PAUTAS PARA PROFESORES

  • Disminuir todo lo posible los estímulos del entorno con los que se pueda distraer fácilmente, o por lo menos quitarlos de su vista. Además, es bueno sentar al niño cerca del profesor para que esté más centrado en clase.
  • Ayudarles con la organización del tiempo y de las tareas. Así aprenderán a ser más eficientes.
  • Darles responsabilidades en clase con alguna tarea que puedan hacer y que les haga sentirse capaces. Esto aumentará la motivación, y proporcionará experiencias de éxito que puedan contrarrestar algunos fracasos.
  • Como lo dicho anteriormente, también es conveniente en clase ignorar la mala conducta para que de ello no obtenga una ganancia secundaria, como puede ser el que le presten más atención.
  • Dar las instrucciones de las tareas o actividades de manera breve y concreta. Cuanto más simples, más fácil de entender para ellos.
  • Igual que los padres, pueden usar sistemas de puntos en los cuales se establezcan las tareas de forma concreta, con un objetivo y premio final en el caso de llevarlo a cabo correctamente.
  • Puede ser muy útil, posicionar a otros niños (atentos, ordenados, obedientes, etc.) al lado que sirvan de “modelo” para que ayuden al niño que tiene la dificultad.

Por último, es importante que tanto el colegio, como los padres y el terapeuta (si lo hubiera) o cualquier otro profesional que tenga relación con el niño, estén coordinados en el proceso. De esta manera, todos tendrán información de lo que ocurre y el pronóstico será mejor.


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