
"Hoy en día, todo el mundo lo conoce como Magneto, el más radical defensor de los derechos mutantes que la humanidad haya conocido jamás. Pero en 1935 no fue más que un niño judío, uno de los muchos que tuvo la desgracia de vivir en la Alemania de los nazis. Descubre el origen definitivo de uno de los grandes iconos de Marvel. Todo empieza con una cadena de plata y un chico enamorado de una chica... pero luego se convierte en una angustiosa lucha por la supervivencia contra la inexorable maquinaria de la Solución Final de Hitler".
Magneto, posiblemente uno de los villanos más importantes de Marvel, personaje fundamental en la larga historia de los X-Men y un tipo carismático que, a pesar de su condición de "malo", acostumbra a caer simpático. De hecho, tanto el gran Ian McKellen como Michael Fassbender han sabido transmitir en el cine esos sentimientos encontrados que suele despertar el personaje de Max Eisenhardt (o Eric Lehnsherr), más conocido como Magneto.

Hay que remontarse al año 1976 para que Chris Claremont (probablemente el guionista más importante de los X-Men) le diera un pasado a la historia de Magneto, concediéndole un trasfondo repleto de sufrimiento y dolor que hacía de él un personaje mucho más interesante y con el que se podía llegar a empatizar. Pak retoma aquí la idea de la Alemania nazi de Claremont, explora esa tormentosa etapa de la vida del mutante y nos la presenta de manera brillante en "El testamento de Magneto", acompañado a los lápices, de manera muy acertada, por Carmine Di Giandomenico.

Como decía antes, George Pak, a pesar de ser un relato sobre un personaje de ficción, ha querido darle unas pinceladas de historia y para ello se documentó sobre destacados episodios y escenarios de la Alemania nazi: los primeros tics racistas que empezaban a vislumbrarse en 1935, la Noche de los Cristales Rotos (1938), el exilio a Varsovia de numerosos judíos alemanes y la posterior creación del gueto (1940), el campo de concentración de Auschwitz, la rebelión que tuvo lugar allí el 7 de octubre de 1944...
El guión de Pak, siempre bien secundado por las viñetas de Di Giandomenico y el magistral uso de los colores de Matt Hollingsworth, abarca algo más de una década de historia y eso es siempre algo destacable, a la vez que ambicioso, pero puede suponer asumir ciertos riesgos a la hora de profundizar en algunos episodios concretos si la extensión del cómic no es la correcta y, desgraciadamente, eso es algo que sucede en "El testamento de Magneto". Ojo, que sigue siendo una obra altamente recomendable, una de esas pequeñas joyas que merece la pena descubrir y disfrutar, pero se echa de menos algún capítulo más que conduzca hacia un final algo menos precipitado.

Como colofón, la edición integral de Panini incluye -además de unas espectaculares portadas de Marko Djurdjevic- la desconocida historia de la dibujante Dina Gottliebova, con guión de Rafael Medoff y dibujo de Neal Adams. Esta dibujante checa, prisionera también de Auschwitz, fue obligada por el Dr. Mengele a pintar retratos de numerosos cautivos judíos en aquel infame campo de concentración.
Si no la tenéis, haceros con esta edición de "El testamento de Magneto" y si ya forma parte de vuestra biblioteca, deberíais voler a leerlo.
VALORACIÓN: 9/10