El tiempo del hombre muerto, de Alfonso Xen Rabanal

…22 de mayo de 2011Camino hacia Botines, lugar donde está concentrado el movimiento Democracia Real Ya en León, esa casa que Gaudí proyectó para un comerciante mientras construía el palacio episcopal de Astorga, repartiendo su arte entre Dios y el César, y que hoy es sede de caja españa… o banco, que ya no sé lo que son, sólo sé que les están untando con más dinero que nos roban a los de siempre, para prejubilaciones masivas, muy bien remuneradas y no divulgadas, que pagarán hasta que revienten los que consigan trabajar. Mientras camino se me ocurre un simple juego de palabras: botín es España… Uf, malo pero real. Así nos luce.
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Todavía pensamos que la Luz es la de la Razón. Pensamiento que, encerrados desde entonces en la burbuja de nuestro cráneo, nos ha llevado a perder a nuestra propia Eurídice, y nos hemos empeñado en diseccionarnos hasta llegar al paroxismo en el que vivimos, para intentar encontrar en occidente aquello que en nosotros extirpamos desde el principio de nuestra civilización. Pues al igual que Orfeo, estamos desmembrados y nuestra Razón deambula disociada de su cuerpo, zombi y vacía, en el fin de nuestra era. Eso es el vacío primigenio. El que sufrimos.
El tiempo del hombre muerto, de Alfonso Xen Rabanal. Origami, 2012.