El traje nuevo del emperador

Es un cuento que siempre me ha hecho mucha gracia. Ese pobre emperador en pelotas por la calle y todo el mundo diciendo que llevaba un traje precioso. Pobre hombre.

Pero no voy a hablar de ropa ni nada de eso, voy a hablar de los libros o las películas que todo el mundo dice que ha leído cuando presumen de ser culturetas. Es desesperante.

Si hay algo que me gustaría ser es culta, pero de las de verdad, de los que no presumen de serlo. Ya se sabe, dime de qué presume y te diré de qué careces. Normalmente la persona culta es discreta porque no necesita hacer alarde de sus conocimientos, los tiene y los disfruta pero ya está.

Luego están los culturetas, los que van de ser cultos y sólo han visto el tráiler de una peli o la contraportada de un libro y ya pueden opinar. A esos me refiero con lo del traje del emperador, van en pelotas intelectualmente hablando y se creen que llevan seda y armiños. Una penita.

Igual soy muy radical (que lo soy en algunas cosas) pero cuando alguien me habla del “Ulises” de Joyce como el no va más de las novelas siempre digo lo mismo: No la he leído ni la leeré, me niego. Y me miran mal como diciendo: cateta inculta. Que un poco inculta soy, no lo niego, cateta no, que quede claro.

Probablemente la mayoría de los que hablan no han leído la novela en su vida pero como queda bien decir que es una maravilla pues lo largan. Conocí a un cultureta (además de imbécil) que le puso Ulises a su hijo en honor a la novela. Son ganas de desgraciarle la vida al chiquillo. En fin, cada uno que haga lo que quiera.

Aquí estoy en Dublín, delante de Joyce. Leyendo a Marian Keyes, que me parece más divertida. Y es irlandesa también.

Pongo el ejemplo de Joyce como podría poner otros muchos, en cine, en teatro, en pintura, en literatura….. Gente que etiquetan con desprecio  a ciertas películas de comerciales y luego las ven en su casa a escondidas y mueren de la risa, pero en público dicen que son fanáticos de Lars Von Trier (por ejemplo, que no tengo nada en contra de Lars e incluso alguna película suya me ha gustado). A eso me refiero. Que anteponen la imagen, el quedar de … a sus propios gustos.

He vivido un ejemplo este verano: “El jilguero” de Donna Tartt. Unas críticas inmejorables:  que si era el primer clásico del siglo XXI,  que era lo más de lo más, vamos es que si no lo leía no sabía lo que era lo bueno. Y empecé a leerlo, y resulta que me pareció un plomo, insoportable, lo dejé a la mitad. Durante todo el verano he estado leyendo tweets de gente diciendo que maravillosa era la novela, que estaban alucinados, que si tal que si cual. Un día se me ocurrió contestarle a alguien y le dije que me parecía un plomo. Y salió gente a insultarme pero también aparecieron muchos que me decían: POR FIN, alguien que piensa como yo. Les daba apuro decirlo, no fuera a ser que los pusieran de brutos. Lo mismo que le pasó al Emperador del cuento, que todo el mundo decía que el traje era precioso hasta que llegó un chiquillo y dijo que iba en pelotas .

Pues eso es lo que quería decir, que lo más importante es leer, ver cine o ir a museos, pero con criterio propio.

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