El verano nunca muere

Esta obra nacida en la imaginación de Mirki Sabatino, El verano nunca muere, nos presenta la historia de una amistad entre tres chicos jóvenes en la adolescencia, en la que cada uno de ellos, está determinado por tres perfiles psicológicos distintos. Está el fuerte y sólido, el débil y un personaje neutral, quién es el encargado de ser el narrador por su carácter equilibrado.

Aunque estos sean los protagonistas principales del libro, la fortaleza en cuanto a personajes, lo tienen las mujeres que aparecen en la novela. Los personajes femeninos de esta historia son los verdaderos pilares de la familia. Ellas con sus distintos roles en las vidas de los tres amigos, poseen diversos parecidos entre ellas, como también diferencias que las hace únicas en el papel principal de comandar la familia en la ausencia de los hombres.

El autor italiano se estrena con su primera obra y consigue captar, de forma inusual, la atención del lector. Satisfaciendo las expectativas que se tiene al inicio de la lectura. Dentro de su trama, se introduce al lector en una atmósfera cargada de amistad leal, el odio, el amor, el sexo, un ambiente que te atrapa mientras te conduce hasta el final de la lectura, dentro de un espacio pequeño en el pueblo y en un transcurso corto de tiempo; pero es la violencia la protagonista principal en todas las fases de la novela y la encargada de no dejarte indiferente ante esta simple historia.

Verano de 1963 en un pueblecito costero italiano del Adriático. Un luminoso y bucólico microcosmos en el que tres amigos de doce años –Damiano, Primo y Mimmo– pasan los días, largos y bochornosos, apostados en la plaza, cobijándose en la sombra de los callejones o escapándose a su rincón predilecto, un acantilado con unas envidiables vistas al mar, un refugio donde evadirse de sus padres y sus problemas y compartir su inocencia, sus sueños y secretos.

Hasta que un día, Mimmo tiene un encontronazo con un grupo de jóvenes bravucones del lugar. Los tres niños sellan entonces un pacto de sangre: si cualquiera de ellos o sus familias sufren una afrenta, responderán juntos, siempre juntos, con una represalia proporcional al agravio. Los sucesos en ese largo y somnoliento verano –el verano en que nacen las camaraderías y lealtades, los rencores y venganzas, los miedos y los primeros amores– toman un giro inesperado, y los amigos se verán forzados a cumplir su pacto tres veces…

En una atmósfera saturada de belleza y violencia, con una prosa sobria y evocadora que propulsa la historia en un crescendo febril, Mirko Sabatino nos habla de la fragilidad y la brutalidad, de cómo la más oscura de las pesadillas puede arraigar en el corazón cegador de un verano de ensueño.