Título completo: El mundo mago. Cómo vivir con Antonio Machado
Año: 2015
Editorial: Ariel
Género: Ensayo / Poesía
Valoración: Muy recomendable
Hace tiempo que venimos pensando que Libros Prohibidos se merece tener una sección dedicada a la poesía, y fue precisamente este libro (que nos mandó la editorial Ariel hace ya unos meses, ¡muchísimas gracias!) el que nos decidió a tomarnos esa idea en serio. ¿Qué mejor que empezar a hablar de poesía que con Antonio Machado? Bueno, con un libro sobre Antonio Machado o, mejor dicho, sobre cómo vivir con Antonio Machado.
Este libro pertenece a una colección llamada “Cómo vivir” que la editorial Ariel puso en marcha partiendo de un libro titulado Cómo vivir. Una vida con Montaigne. En esta nueva entrega de la colección, Antonio Machado se une a la lista, encabezada por Montaigne y Homero, de escritores cuyas obras pueden guiarnos en nuestras vidas, según el criterio de la editorial. He de reconocer que mi primera reacción al ver el título de este libro fue de cierto escepticismo, al temer que estuviera ante una lectura en clave “autoayuda” de la poesía de Antonio Machado. Pero mis sospechas en seguida se empezaron a difuminar viendo que la autora era Elena Medel (una de las poetas jóvenes de más renombre en España en los últimos años) y acabaron de disiparse del todo cuando empecé a leer. Sólo hicieron falta un par de páginas para darme cuenta de que este libro encierra mucho más que un título de “autoayuda”: este libro encierra sencillamente una buena lectura.
A veces los ensayos sobre escritores intentan ser objetivos, racionales, aportar todos los datos necesarios… A veces los ensayos sobre escritores se equivocan, pues lo mejor que pueden transmitir no es lo objetivo, sino lo subjetivo: la propia experiencia lectora. Y aquí es precisamente donde Elena Medel acierta de lleno. Comienza el libro contando cómo descubrió a Machado: a escondidas, fisgando entre los libros de su madre. Y continúa declarando cómo se fue gestando la escritura de este ensayo, lectura tras lectura:
En cierto modo, caí en la cuenta, eso pretendía al escribir: enlazar un poema con otro poema con otro poema, que apenas se me escuchase (…). Porque aquí no hay filología. No hay notas al pie ni bibliografía exhaustiva ni citas exóticas en su idioma original. Sí hay, en cambio muchas lecturas de los poemas de Antonio Machado: de los poemas que me han acompañado durante toda mi vida —y antes de mi propia vida, incluso: en la vida de mi madre sin ser madre.
Esta declaración de intenciones de la autora es la mejor descripción del libro, pues eso exactamente es lo que encontramos en El mundo mago: fragmentos de poemas de Machado engarzados unos con otros en un hilo biográfico que sigue al poeta a lo largo de las diferentes etapas de su vida. Y un libro sobre la vida de un poeta que tiene como objetivo ayudar a que la vida de los lectores se guíe mediante sus versos no puede estar escrito sino desde la vida de la autora, desde su propia experiencia leyendo y viviendo a Machado. De esta forma, el libro está dividido en breves capítulos que tocan los grandes temas que se plantean en cualquier vida (en la de Machado, en la de la autora y en la de los lectores): “Machado y el amor”, “Machado y la familia”, “Machado y uno mismo”, “Machado y la muerte”, “Machado y la educación”, “Machado y el dinero”… y así hasta 24 capítulos con temáticas de lo más interesante e incluso sorprendente, como “Machado y el feminismo” (que puede estar un poco cogido por los pelos, como la misma autora reconoce, pero que es un muy buen intento de actualizar la obra machadiana a través de una lectura profunda e incluso entre líneas).
Lo único que he echado de menos en El mundo mago es la referencia exacta, dentro de la obra del poeta, de cada uno de los fragmentos, estrofas o versos citados en cada capítulo. De algunos de los poemas se dice el título y de otros el libro al que pertenecen, pero de la mayoría no. Sin embargo, es verdad que esta estrategia la explica la autora en su introducción (“no hay notas al pie ni bibliografía exhaustiva”) y queda perfectamente justificada por la finalidad que se persigue de ir enlazando los poemas de Machado en un fluir que confunda la voz del poeta con la de la autora. Simplemente creo que una breve referencia bibliográfica de cada poema podría ayudar a los lectores que quisieran profundizar en Machado a partir de este libro. En cualquier caso, la elección de la autora de evitar las citas encaja con los tiempos que corren, en los que todo está en internet y resulta muy sencillo teclear un verso en el móvil para encontrar a qué poema pertenece y en qué libro se puede encontrar. Y por esa vía de las nuevas tecnologías es precisamente por donde quiere reconducir Elena Medel a Antonio Machado, como queda claro en el apéndice titulado “Machado en tuits”, que recopila breves fragmentos machadianos para su uso en las redes sociales, lo que sirve a la vez como antología de versos y como invitación a llenar la red de poesía.
La sensación general tras leer El mundo mago es que la visión de Antonio Machado sobre los aspectos realmente importantes de la vida y de la sociedad es perfectamente aplicable al mundo actual, aunque hayan pasado casi ochenta años desde la muerte del poeta, lo que implica que el trasfondo último de la poesía machadiana sigue siendo tan válido como entonces y sigue teniendo la misma capacidad de llegar al corazón de los lectores (que sepan/quieran leer bien, como Elena Medel).
Un profesor nos contó una vez en clase cómo la popularidad de la poesía de Antonio Machado había ido decayendo desde la época en la que se publicó originalmente hasta 1969, año en el que Serrat volvió a poner a Machado “de moda”. Este profesor creía, además, que desde los ’70 la popularidad de los versos machadianos había vuelto a declinar, pues aunque todos nos aprendimos algunos en el colegio, nadie los lee ya de verdad, decía. No sé si este profesor estaba en lo cierto, pero en cualquier caso El mundo mago es, desde luego, el libro más recomendable para todo aquél que quiera empezar a leer a Machado, seguir leyendo a Machado o profundizar en su lectura de Machado. Así que espero sinceramente que este libro contribuya al resurgimiento (incluso desde las redes sociales) de aquel hombre bueno, de su “manantial sereno” y sus “estelas en la mar”.
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