¿Por qué el mundo guardó silencio?
El escritor Elie Wiesel, superviviente de Auschwitz, murió el pasado 2 de julio en Manhattan a los 87 años. Wiesel grabó la memoria del Holocausto en la conciencia del mundo escribiendo sobre los 6 millones de judíos que fueron asesinados en la 2ª Guerra Mundial por el régimen de Adolf Hitler.
No olvidar
Wiesel y su familia fueron capturados por los nazis en la localidad de Sighetu Marmatiei, en la región rumana de Transilvania, y fueron trasladados a Auschwitz, donde murieron su madre y una de sus hermanas. Wiesel acabó en Buchenwald junto a su padre Shlomo, que también murió.
Tras la guerra, se formó en París como periodista. No habló del Holocausto hasta 1955 en “Noche,relato autobiográfico sobre los horrores que presenció en los campos de concentración cuando era un adolescente de 15 años. También sobre su vergüenza por haber permanecido en silencio en su litera mientras su padre era golpeado.
“Nunca olvidaré esa noche, la primera noche en el campo, que convirtió mi vida en una larga noche, siete veces maldita y siete veces sellada”, escribió. “Nunca olvidaré ese humo. Nunca olvidaré las pequeñas caras de los niños, cuyos cuerpos vi convertirse en espirales de humo bajo un cielo azul en silencio. Nunca olvidaré esas llamas que consumieron mi fe para siempre.
Tras el horror, la lucha contra la violencia
Liberado del campo de Buchenwald a los 16 años , Wiesel llevó toda su vida el tatuaje con el número de prisionero A-7713.
Además de escritor, también fue profesor de humanidades. Escribió sobre la culpa que sentía por haber sobrevivido mientras millones de personas murieron, y sobre el tormento que experimentó al dudar de la existencia de un Dios que hubiese permitido esa masacre.
En 1986 le concedieron el Premio Nobel de la Paz por su labor contra el olvido y la violencia “Olvidar a los muertos es lo mismo que matarlos por segunda vez”.
“Si he sobrevivido, debe ser por alguna razón”, “Tengo que hacer algo con mi vida. Es demasiado serio como para seguir jugando porque, en mi lugar, otra persona pudo haberse salvado. Yo trato de hablar en nombre de esa persona.
En una entrevista con EL PAÍS cuando contaba 58 años, Eli Wiesel reflexionaba sobre la generación de intelectuales supervivientes de los campos de los nazis, de la que salieron Primo Levi, Simon Wiesenthal, Jorge Semprún o él mismo. “Nunca ha habido una generación a la que obsesionara tanto la memoria como la nuestra, Sin ser israelí, Wiesel estaba estrechamente ligado al destino del Estado judío, del que se consideraba parte integral a pesar de no haber solicitado nunca su nacionalidad.
Pocos años después de ganar el Nobel, creó la Fundación Elie Wiesel para la Humanidad, que además de causas israelíes y judías, hizo campaña por los indios misquitos en Nicaragua, los refugiados camboyanos, las víctimas del ‘apartheid’ en Sudáfrica y de las hambrunas y el genocidio en África.
Imagen: Pablo Taibi/Flickr